"La mujer es todo en la vida, es una de las creaciones más sublimes de Dios", "Las mujeres son la inspiración de muchos y la guía de otros, son la personificación del amor más puro". Con estos dos versos deseo brindar mi homenaje a todas las mujeres en el Día Internacional de la Mujer que se celebra hoy. La palabra mujer significa mucho y engloba el valor incalculable que tiene la mujer, por esta razón en esta oportunidad enfocaré el papel de la mujer en tres facetas, a) El papel en la sociedad b) la violencia política que sufren las mujeres en las diferentes posiciones y espacios de poder y c) las agresiones y feminicidios que en algunos casos acaban con la vida de las mujeres.
Trascurrieron décadas para reconocer el trabajo que realizaron las mujeres en los diferentes campos: desde la familia, el hogar, el trabajo en distintas áreas, la política y el fortalecimiento de la democracia en todas partes del mundo. Desde las heroicas luchas de la mujer por obtener el voto hasta los actuales esfuerzos -concertados en todos los países del mundo- para establecer cuotas y reservas con el fin de aumentar el número de mujeres elegidas como representantes en las Asambleas, las mujeres han tenido siempre un fuerte interés en la democracia. Han reconocido que la participación democrática es el medio fundamental para que los intereses de la mujer estén representados y recibir una respuesta normativa socialmente legítima y sostenible. Si las mujeres necesitan de la democracia, la democracia también necesita de las mujeres. El número, notablemente reducido, de mujeres que ocupan cargos públicos se cifra actualmente en un promedio mundial de aproximadamente 41,6% en las asambleas nacionales, y éste es un déficit que debe corregirse.
Trascurrieron décadas para reconocer el trabajo que realizaron las mujeres en los diferentes campos: desde la familia, el hogar, el trabajo en distintas áreas, la política y el fortalecimiento de la democracia en todas partes del mundo. Desde las heroicas luchas de la mujer por obtener el voto hasta los actuales esfuerzos -concertados en todos los países del mundo- para establecer cuotas y reservas con el fin de aumentar el número de mujeres elegidas como representantes en las Asambleas, las mujeres han tenido siempre un fuerte interés en la democracia. Han reconocido que la participación democrática es el medio fundamental para que los intereses de la mujer estén representados y recibir una respuesta normativa socialmente legítima y sostenible. Si las mujeres necesitan de la democracia, la democracia también necesita de las mujeres. El número, notablemente reducido, de mujeres que ocupan cargos públicos se cifra actualmente en un promedio mundial de aproximadamente 41,6% en las asambleas nacionales, y éste es un déficit que debe corregirse.
El aumento de la participación de las mujeres ocurre en todos los niveles de gobernanza democráticos -desde los niveles locales hasta los niveles nacionales y regionales-, diversifica el carácter de las asambleas democráticas y permite que la adopción de decisiones públicas responda a necesidades de los ciudadanos que pueden haber sido dejadas de lado en el pasado. Los gobiernos democráticos deben brindar espacios de poder a las mujeres sin intereses sectoriales o de grupo con el objetivo de apoyar los esfuerzos encaminados a aumentar la participación de las mujeres en las listas para ocupar cargos públicos. De igual forma promover la capacidad de las mujeres como legisladoras responsables y eficaces. Una vez elegidas, es primordial trabajar en políticas de equivalencia para conseguir garantizar la igualdad entre los géneros en la participación política con el objetivo de lograr mejores relaciones cuantitativas entre hombres y mujeres durante el trabajo de un periodo eleccionario. Los estados democráticos deberán apoyar las iniciativas para aumentar la actividad política de la mujer antes y después de las elecciones.
En la otra faceta debemos tomar en cuenta la violencia política contra las mujeres, razón por la que el 28 de mayo de 2012 se promulgó la Ley 243, Ley contra el Acoso y la Violencia Política, promulgada la misma que, en dos meses, tendrá siete años de vigencia, no obstante, no se ha avanzado mucho. No existe un reglamento claro para la sanción a los infractores y los casos se van incrementando en diferentes municipios y ahora también en el sector de la admiración pública. Es importante el papel protagónico que efectuaron las mujeres desde tiempos antiguos en las luchas y enfrentamientos para obtener el voto, hasta los actuales esfuerzos concertados en todos los países del mundo para establecer cuotas y reservas con objeto de aumentar el número de mujeres elegidas como representantes, las que siempre han tenido un fuerte interés creado en el aporte a la democracia. Se ha reconocido que la participación democrática es el medio fundamental para que los intereses de la mujer puedan estar representados y recibir una respuesta normativa socialmente legítima y sostenible. Las mujeres necesitan la democracia, pero la democracia también necesita a las mujeres.
Finalmente, la tercera faceta que está relacionada con las agresiones que sufren las mujeres que en algunos casos terminan con la vida de estas. La violencia contra las mujeres abarca una amplia gama de actos, desde el acoso verbal y otras formas de abuso emocional, al abuso físico o sexual cotidiano. En el extremo del espectro está el feminicidio: el asesinato de una mujer involucrada en relaciones violentas y sus perpetradores son parejas actuales o anteriores de las víctimas, e incluyen maltratos repetidos en el hogar, amenazas o intimidaciones, violencia sexual o situaciones en las que las mujeres tienen menos poder o menos recursos que su pareja La Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida Libre de Violencia, (348) promulgada el 8 de marzo de 2013 y su reglamento aprobado un año después, mediante Decreto Supremo 2145, incorpora dentro de su cuerpo legal, el delito de feminicidio con una condena máxima de 30 años de prisión, sin derecho a indulto, no obstante los asesinatos y casos de violencia hacia las mujeres no acaban, al contrario parecería que van en aumento.
Más allá de las causas de violencia, riesgos y tentativas de feminicidio importa concebir hasta dónde van sus consecuencias en razón de que ésta afecta no sólo una larga lista de derechos de las mujeres, sino que la historia de violencia que lo antecede trunca proyectos de vida y causa efectos económicos, en la salud física y mental de las mujeres, y genera efectos negativos en su entorno.
Entre los actos de violencia se encuentra el acoso sexual, actitudes de bajos escrúpulos que suceden generalmente a instancias del poder político justamente, cuando una persona accede a un cargo de importancia que le permite tomar ciertas decisiones y disponer de otras. Es común que utilice esa influencia y poder que le da su cargo para someter a sus subalternas y obligarlas a realizar determinadas actividades con la misión de satisfacer sus intereses personales, que nada tienen que ver con las funciones para las cuales fueron contratados. Algunas mujeres denunciaron este tipo de actos -de baja calaña -sin embrago recibieron poco apoyo de la justicia en los diferentes niveles, peor aun cuando las compañeras de trabajo no le brindaron su apoyo por presión, miedo y amenazas a perder el trabajo. Al concluir este apretado análisis deseo expresar mi reconocimiento y admiración a todas las mujeres. Mujer bendecida por Dios, que está llena de prodigios y virtudes en razón de que puede dar vida a la vida, sanar las heridas y tempestades del alma, aquella que no duerme por ser guardián de quienes ama. Es privilegiada por sus virtudes, su corazón y amor.
(*) Es ingeniero
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