No es difícil decir que el gobierno actual se estableció sobre posverdades, y una de ellas tiene que ver sobre el tema coca/cocaína, pero ¿qué es posverdad? Es un neologismo, una palabra nueva, inventada, en inglés por la psicología social, (post-truth, que se tradujo como posverdad) aunque, en verdad, su significado no refleja en esencia lo que se trata de expresar a través del término. Veamos. Platón decía (mito de la caverna de Platón) que la verdad es independiente de lo que crea o no el hombre. La verdad está ahí, lo crean unos o no lo crean otros. Una posición que parece muy fuerte. Pero los críticos de esta posición dicen que lo mismo ocurre con la mentira, porque, aunque no sea verdad por definición, está ahí, en nuestras cabezas. Por lo tanto, entre una y otra hay un campo gris donde no cabe ninguna de estas posiciones.
La posverdad es entonces un concepto cultural e inclusive histórico, donde lo empírico (lo práctico) y la búsqueda de objetividad, es decir de la verdad verdadera (jejeje) es menos relevante que las creencias y emociones que producen las corrientes de opinión pública. Por eso la posverdad suele definirse también como "mentira emotiva". He tratado de no usar términos técnicos, para comprender el concepto. Ojalá lo haya logrado.
La posverdad es entonces un concepto cultural e inclusive histórico, donde lo empírico (lo práctico) y la búsqueda de objetividad, es decir de la verdad verdadera (jejeje) es menos relevante que las creencias y emociones que producen las corrientes de opinión pública. Por eso la posverdad suele definirse también como "mentira emotiva". He tratado de no usar términos técnicos, para comprender el concepto. Ojalá lo haya logrado.
Dicho lo anterior, puesto que la verdad importa menos que el modo en que se afirma un tema y puesto que lo que se dice tiene que "encajar" con las creencias que tiene una persona o un pueblo, lo que se dice aparece como verdadero, sólo porque lo dicho es parte de nuestro sentir y por lo mismo parte de lo que queremos creer. Una posición, ficticia o no, que es aceptada de antemano, "por el simple hecho de encajar con nuestros esquemas mentales" (Arturo Torres).
Eso ocurrió con el tema cocaína, especialmente cuando Jaime Paz Zamora (disculpas si no fue él) acuñó la frase "coca no es cocaína" o cuando utilizó la analogía (equivocada) de que la "la coca es a la cocaína lo que la uva al vino". Fueron frases geniales (¡quién lo niega!) políticamente hablando, pero fueron también posverdades innegables porque si la hoja de coca probadamente contiene cocaína es difícil -científicamente hablando- decir que "coca no es cocaína" y que "la coca es la cocaína lo que la uva al vino" porque cuando uno come uvas, no orina vino (hagan la prueba - jejeje), en cambio cuando uno consume coca, en cualquiera de sus formas, orina cocaína (hagan la prueba también). Ambas frases contextualizaron la posición boliviana de "defensa de la hoja de coca", más allá de la verdad, sólo porque, como dice Arturo Torres, fue aceptada "de antemano, sólo por el hecho de encajar con nuestros esquemas mentales".
Por eso también los políticos exitosos, como Evo, basan su éxito en posiciones con las que se identifica el pueblo, sean o no verdaderas. Y en eso, tal vez, los demás políticos debieran aprender de él, (y de Jaime Paz) como se capta una posverdad.
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