Cuando se supo de la disposición de promulgar una Ley Seca para el Carnaval de Oruro 2019, numerosas voces se alzaron contra la medida, para comenzar porque el principal auspiciador de la fiesta folklórica es la Cervecería Boliviana Nacional con su producto Paceña; para continuar, mucha gente no concibe la diversión sin alcohol.
La lección que dio Oruro al mundo fue que sí es posible alegrarse y divertirse sin el estímulo del alcohol, se vio más orden en la ruta de la Entrada del Sábado de Peregrinación, pues, si hubo casos de ebrios descontrolados fueron contados y no la regla general.
Los danzarines hicieron el recorrido de aproximadamente cuatro kilómetros con la misma alegría, o quizás más, de la manera más genuina, demostrando que lo que los mueve a participar en el Carnaval orureño es la fe y la devoción a Nuestra Señora del Socavón, llegando a los pies de su altar, con el beneplácito de la promesa cumplida.
El aspecto negativo fue que, pese a haberse dispuesto baños portátiles en inmediaciones de la ruta del Carnaval, aún se pudo percibir calles sucias y malolientes porque algunas personas, en lugar de pagar por el uso de esos mingitorios decidieron usar la vía pública para satisfacer sus necesidades biológicas, y eso fue un punto aparte de si los estantes y visitantes estaban o no en estado de ebriedad -se supone que estaban sobrios- y aun así se vio ese negativo panorama.
El aspecto negativo fue que, pese a haberse dispuesto baños portátiles en inmediaciones de la ruta del Carnaval, aún se pudo percibir calles sucias y malolientes porque algunas personas, en lugar de pagar por el uso de esos mingitorios decidieron usar la vía pública para satisfacer sus necesidades biológicas, y eso fue un punto aparte de si los estantes y visitantes estaban o no en estado de ebriedad -se supone que estaban sobrios- y aun así se vio ese negativo panorama.
Recién a partir de las 19:00 horas, tal como lo autorizaba la ley, comenzó la venta de cerveza y otras bebidas, sin embargo, al menos para la bebida hecha en base a la cebada, ya era un poco tarde porque comenzó a sentirse el frío de la noche y se consumió en menor cantidad.
La medida, considerada por muchos absurda, fue dictada con el argumento de que, debido a las bebidas espirituosas las fiestas que comienzan bien, terminan en tragedia, en muchas ocasiones con resultados desastrosos de feminicidios, violaciones, riñas que acaban con heridos o con muertos, niños, mujeres y ancianos golpeados, y otras nefastas consecuencias.
Al final, se tuvo un Carnaval tranquilo, se demostró que la esencia de la fiesta es religiosa y que realmente gira en torno a la fe y la devoción, que no hubo necesidad de acudir al alcohol para disfrutar las celebraciones, a partir de ahora se debería convertir la norma en hábito y que cualquier motivo de conmemoración sea sin el consumo desmedido de alcohol.
¿Qué viene a partir de ahora? Simplemente apelar a la conciencia de los ciudadanos para que reflexionen y más allá de necesitar leyes para evitar el consumo de alcohol, cada quién debería optar por festejar y alegrarse sin necesidad de recurrir a las bebidas espirituosas, sino todo lo contrario, pues el mismo panorama negativo se ve en celebraciones como las del 10 de Febrero, 6 de Agosto, 1 de Noviembre y otras fechas especiales en que ciudadanos eligen el alcohol para divertirse, terminando en hechos lamentables.
Desde el nivel gubernamental se hicieron intentos por superar el alcoholismo en nuestra sociedad, inclusive se dispuso que el impuesto de la venta de bebidas embriagantes esté destinado a fomentar el consumo de leche; pero son los ciudadanos quienes deben pensar dos veces antes de comprar alcohol y beber hasta perder el conocimiento.
El alcoholismo en Bolivia es un problema de todos y entre todos debemos buscarle una solución.
Fuente: LA PATRIA
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