Comunicación bajo el agua

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La vida bajo el agua requiere una alta demanda en los órganos de los sentidos de los habitantes del acuario. La última investigación mostró por ejemplo que el sentido del olfato y del gusto de los peces son altamente sensibles. Esto es algo bueno, ya que los peces los necesitan no sólo para navegar sino también para comunicarse bajo el agua.

"Directamente detrás de las fosas nasales, los peces tienen una válvula del olfato en el que hay un constante flujo de agua de los alrededores," según lo explica la Dra. Gabriele Gerlach, catedrática de la biodiversidad y la evolución animal en la universidad de Oldenburg (Alemania). "El órgano del olfato posee una línea lateral con más de un millón de terminaciones nerviosas por centímetro cuadrado. Debido a ello, los peces pueden incluso percibir olores que sólo están presentes en bajas concentraciones homeopáticas en el agua"

Su sentido fino del olfato es útil para los peces nadadores en muchas formas: "Una de ellas es que los olores informan al pez lo que pasa a su alrededor.

Además de ello, se comunican a través de la orina, expulsando así olores en el agua. Por ejemplo, los machos pueden saber si una hembra está lista para aparearse. Si este es el caso, expulsarán un chorro de orina deliberadamente en dirección a la hembra para atraer su atención como parejas potenciales. Con el sentido del olfato, los peces pueden también saber quién es de la misma familia. Esto permite a los peces jóvenes permanecer con sus familias. Los peces sexualmente maduros no se aparean con sus hermanos.

Sin embargo, no sólo los peces tienen un excelente sentido del olfato. También tiene un buen sentido del gusto. "Su sentido del gusto no se restringe por la boca", explicó la Dra. Gerlach a su vez indicó que "El pez gato, por ejemplo, tiene papilas gustativas en las barbillas como también distribuidas por toda su piel".

Otros peces pueden degustar con la ayuda de extensiones a sus aletas. Similar al órgano del olfato, el órgano del gusto también puede percibir concentraciones mínimas de moléculas. Por ejemplo, los peces pueden ya saborear su alimento a una distancia considerable y luego ir deliberadamente por la dirección correcta.

La vida bajo el agua requiere una alta demanda en los órganos de los sentidos de los habitantes del acuario. La última investigación mostró por ejemplo que el sentido del olfato y del gusto de los peces son altamente sensibles. Esto es algo bueno ya que los peces los necesitan no sólo para navegar sino también para comunicarse bajo el agua.

"Directamente detrás de las fosas nasales, los peces tienen una válvula del olfato en el que hay un constante flujo de agua de los alrededores", lo explica la Dra. Gabriele Gerlach, catedrática de la biodiversidad y la evolución animal en la universidad de Oldenburg (Alemania).

"El órgano del olfato posee una línea lateral con más de un millón de terminaciones nerviosas por centímetro cuadrado. Debido a ello, los peces pueden incluso percibir olores que sólo están presentes en bajas concentraciones homeopáticas en el agua", puntualizó.

Su sentido fino del olfato es útil para los peces nadadores en muchas formas: "Una de ellas es que los olores informan al pez lo que pasa a su alrededor.

Fuente: Fuente: trixie.de