Caprichos sobre alimentos y medicinas

Lo que los venezolanos viven en la actualidad es un verdadero drama, cuando el capricho de un egoísta mandatario, impide que toneladas de alimentos y medicinas, puedan llegar a miles de personas que se debaten en hambre y que tienen la salud quebrantada, ante la falta de principales insumos médicos en centros hospitalarios llenos de pacientes y con farmacias vacías.

El reclamo generalizado, menos el de los súbditos alineados en la corriente oficialista, que son los menos, considera que la medida violenta de rechazar una ayuda humanitaria, sólo puede calificarse como un delito de lesa humanidad, un verdadero crimen. Evitar que toneladas de alimentos y medicinas queden encajonadas fuera de la frontera del país hermano, sabiendo que las necesidades de consumo alimentario y suministro de insumos clínicos no pueden esperar el cambio inhumano de una persona, sólo porque procede en parte del país norteamericano, desconociendo que en los embarques, también hay ayuda europea y de otros países latinoamericanos solidarios con la penosa situación de los hermanos venezolanos.

La crisis venezolana no es reciente, lo grave es que se agudiza día que pasa, pues no hay soluciones concretas que permitan restablecer el orden en un verdadero estado de derecho y en respeto a los derechos humanos, restituyendo la democracia y las libertades ciudadanas.

El gobernante de turno, encasillado en un esquema de fuerza, dominando y manejando de manera prebendalista al patriótico Ejército Militar y la Guardia Nacional Bolivariana, bajo condiciones a las que ya muchos valientes jefes y oficiales se han revelado, para mostrar que la grave crisis de Venezuela, es el resultado de ambiciones políticas, carentes de ideología y alentadas por ansias de dominio e enriquecimiento, que de todos modos disminuyen de valor en la coyuntura de que se imponga la racionalidad, el juicio y el respeto a la vida.

Ante los argumentos de autoridades ligadas al gobernante dictador, justificando sus actos en contra de la seguridad de miles de ciudadanos que esperan alimentos y medicinas, surgen revelaciones que muestran la otra cara de la medalla y la injerencia de otras potencias que han hecho de Venezuela un feudo temporal, para extender sus ideas expansionistas y de dominio colectivo, por lo mismo que se ha denunciado la presencia masiva de fuerzas cubanas, de la reñida guerrilla colombiana y de países asiáticos con iguales objetivos, que en realidad forman la corriente que se opone a la recepción de la ayuda humanitaria, que esperan los venezolanos agradecidos por la acción solidaria y decepcionados porque los caprichos de gobierno pongan en riego miles de vidas, al impedir que la importante ayuda llegue a sus destinatarios.

La actual situación de Venezuela es de extremada crisis, apoyada por algunas corrientes que son receptoras de "ayudas especiales" cuando participan en marchas que alientan las posiciones sectarias de un proceso, que debería ceder ante la repulsa generalizada de la comunidad vecina y la de otros confines del mundo que critican y censuran la atrabiliaria actitud del gobernante que permite el sufrimiento de su pueblo.

La ayuda humanitaria y solitaria que está en las puertas de una frontera venezolana, debe avanzar al interior de ese país hermano para paliar en parte el grave desabastecimiento de alimentos por una parte y la escasez de insumos médicos por otra. Mantener por más tiempo la resistencia al uso de tal ayuda, es un verdadero delito, que en los tribunales de la sociedad democrática tendrá que juzgarse, en su tiempo y en la medida que corresponda para sancionar a quienes atentan contra la vida de sus propios hermanos de nacionalidad.

Fuente: LA PATRIA