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Viernes 01 de marzo de 2019

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Perspectiva Minera

Economía boliviana seguirá siendo dependiente de sus materias primas

01 mar 2019

En minería la expectativa está entre el litio y el hierro � Varias contradicciones comprometen situación del gas

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Desde tiempos históricos en la vida republicana de nuestra Nación, incluso antes de su fundación en 1825, no faltaron las muestras abiertas de hacer uso por supuesto arbitrario, de nuestras riquezas naturales, en esos tiempos los recursos mineros eran los más requeridos, pero también fueron apetecidos los productos agrícolas que satisfacían una demanda de miles de habitantes asentados en el territorio, una mayoría con interés de fácil enriquecimiento al explotar las materias primas del suelo boliviano.

Una visión retrospectiva nos coloca en el periodo en que los conquistadores españoles exportaron millones de toneladas de plata a sus dominios y lo hicieron de la manera más aleve sin reconocer el valor de esa explotación que los enriqueció y que empobreció nuestro naciente Estado. Antes de la independencia (siglo XVIII) el saqueo no sólo fue de plata, también de oro y un corto periodo tal explotación empezó por el estaño, que se prolongó ya en la vida republicana de la Nación, llegando 1952, cuando se produjo la revolución de abril y se nacionalizaron las minas.

Una visión retrospectiva nos coloca en el periodo en que los conquistadores españoles exportaron millones de toneladas de plata a sus dominios y lo hicieron de la manera más aleve sin reconocer el valor de esa explotación que los enriqueció y que empobreció nuestro naciente Estado. Antes de la independencia (siglo XVIII) el saqueo no sólo fue de plata, también de oro y un corto periodo tal explotación empezó por el estaño, que se prolongó ya en la vida republicana de la Nación, llegando 1952, cuando se produjo la revolución de abril y se nacionalizaron las minas.

Muchos años de la historia nacional y una rememoración sintética para mostrar que aún nuestra economía depende del uso de nuestras materias primas, habiéndose incorporado ya en el siglo XXI, la explotación de los hidrocarburos, precisamente ante la declinación del estaño cuyo precio según los observadores quedó "por el suelo", lo que obligó a drásticas medidas como la relocalización de miles de trabajadores mineros, en realidad se trató de un despido masivo que entre sus consecuencias dio origen a la creación de las cooperativas mineras como alternativa para seguir explotando lo "poco útil" que había quedado en los yacimientos de la minería estatal.

La industrialización

Desde entonces, se habló de la industrialización de las materias primas, tanto de los hidrocarburos y el gas por excelencia, como de los minerales al mejorar su precio internacional y condiciones de explotación, pero resulta poco lo que se ha hecho para ese tránsito en materia industrial. El único proyecto que nos permite transformar nuestros concentrados de estaño en lingotes metálicos es parte de la instalación de la Fundición de Vinto, donde se logra añadir valor agregado a nuestro principal mineral de explotación minera.

Estamos aún en ese proceso de explotar y exportar la riqueza gasífera nacional aunque con ciertas inquietudes en función a controversias sobre su futura y segura potencialidad, la existencia de más pozos productivos y una posible expansión de su producción para alcanzar otros mercados, pero como se observa, nos mantenemos en la condición de país que vive de sus riquezas naturales, por lo menos dos en el tiempo actual, gas y concentrados minerales.

Lo que preocupa es que pese a muchas intenciones, profusamente expuestas en los niveles estatales y en el caso de dos ministerios que son responsables de la producción de materias primas, se habla, pero no se concreta ninguna instancia que constituya avanzar los primeros pasos hacia su industrialización.

Se hacen algunas referencias a la intención de industrializar los hidrocarburos, sin embargo toda la atención está centrada en garantizar la producción de estos y de manera estratégica garantizar la provisión de gas, tanto para el consumo interno cuanto para cubrir los contratos de exportación y abrir alguna posibilidad de ampliar nuestra oferta gasífera, si se dieran las condiciones.

La minería estratégica

Aunque es difícil ocultar que estamos atrasados en el desarrollo de explotación de nuestros minerales estratégicos, caso del litio en los salares de Uyuni en Potosí y Coipasa en Oruro, se incorpora en la proyección productiva el caso del hierro que se explotará en la zona oriental del Mutún y que deberá transformarse en fierro de construcción y en acero de alta calidad, tal es el panorama de la minería estratégica.

En el caso del litio los vecinos, especialmente Chile ya han avanzado en los primeros pasos de industrialización; la Argentina no se queda atrás y conformando sociedades estratégicas con inversionistas del rubro también amplió su volumen productivo y su capacidad para industrializar su litio. En nuestro país no se han detenido los proyectos, pero avanzan con cierta lentitud que parecen no justificar las millonarias inversiones y la necesidad de entrar al mercado competitivo de la industrialización del litio.

En el caso del hierro del Mutún, todavía se vive el entusiasmo de un reinicio de operaciones ahora a cargo de una empresa china que demorará algo más de tres años en tener operable y en plena producción la primera siderúrgica del país, que en ese tiempo y con la capacidad de explotación del rico reservorio de hierro, espera enfrentar la competencia productiva del Brasil.

Hay un futuro abierto para el buen uso de nuestras materias primas, en todo caso, todavía esperando salir de la estrecha dimensión de una producción simple de materia prima básica para cierta producción industrial, el caso del litio para las baterías de ión litio y en el caso del hierro, su transformación en acero y fierro. Pero queda la incógnita sobre el uso del estaño metálico que producimos actualmente, como tal, cuando debería ser base de cierta diversificación industrial, como se piensa también con el zinc, en esta última opción esperando todavía su instalación, tanto en Oruro, donde ya se ubicó su localización en el Complejo Metalúrgico de Vinto, mientras que la de Potosí todavía se mantiene en estudio.

La gestión presente será de especiales decisiones, pues se trata de un periodo en el que obligadamente deben ser encarados los proyectos más importantes de producción para sostener la economía nacional, si se quiere evitar una caída en los índices de crecimiento y en las opciones de desarrollo sostenible.

En el rubro del gas, se mantienen los anuncios optimistas sobre mejoras en los cupos de exportación, aunque el último convenio con Argentina no ha satisfecho las expectativas de mayor rendimiento. En el caso de la minería estatal, si se mantiene favorable la pizarra de precios internacionales y persiste el buen desempeño de la minería privada, los dos sectores mantendrán su ritmo productivo esperándose que se concrete alguna de las muchas inversiones anunciadas para encarar la habilitación de un nuevo emprendimiento minero en el país.

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