La mula, un animal todavÃa útil en el Gran Cañón
28 feb 2019
Fuente: Beatriz Limón, Phoenix EE.UU. (EFE)
Las mulas no faltaron en una expedición como la que llevó en 1540 al conquistador español GarcÃa López Cárdenas al Gran Cañón del Colorado y aún siguen siendo útiles para explorar esta maravilla de la naturaleza que fue declarada Parque Nacional de Estados Unidos un 26 de febrero hace cien años.
Cada año el Gran Cañón recibe más de 6 millones de visitantes que disfrutan de las vistas, el senderismo y recorridos por el rÃo que los españoles, los primeros europeos en llegar, llamaron originalmente del Tizón y luego fue el Colorado.
Por precios que van desde 45 dólares hasta 90 dólares por dÃa, los turistas que actualmente visitan el Gran Cañón, un sÃmbolo del estado de Arizona, pueden hacer el descenso hasta el lecho del rÃo desde la meseta por unos intrincados caminos a lomos de mula.
Esculpido por las aguas del Colorado durante millones de años, el Gran Cañón tiene 277 millas (446 kilómetros) de largo, hasta 18 millas (29 kilómetros) de ancho y una profundidad de una milla (1.600 metros).
Esculpido por las aguas del Colorado durante millones de años, el Gran Cañón tiene 277 millas (446 kilómetros) de largo, hasta 18 millas (29 kilómetros) de ancho y una profundidad de una milla (1.600 metros).
Los que estaban asentados en la zona a fines del siglo XIX "se dieron cuenta de que se podÃa ganar más dinero con el turismo que con los depósitos minerales".
"Las mulas han llevado a los turistas al cañón desde fines del siglo XIX. John Hance parece haber sido el primero en llevar a los turistas al Cañón en mula", explicó.
Hirt menciona que en 1887 se publicó un anuncio en un periódico de Arizona una oferta de viaje en mula por el desfiladero y a principios del siglo veinte ya se habÃan iniciado los recorridos turÃsticos por el Gran Cañón.
Las mulas no solo están de servicio para transportar turistas, casi todo lo que entra y sale del Cañón a Phantom Ranch, un poblado en el fondo del cañón donde existe un albergue construido en los años 20, viaja en la parte posterior de uno de estos animales de carga.
Marcos Arreutuoa ha explorado el Gran Cañón en cinco ocasiones y, aunque sus recorridos han sido a pie, dijo que observa como muchos de los turistas que no cuentan con buena condición, prefieren usar las mulas para trasladarse o para cargar sus pertenencias.
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