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Domingo 24 de febrero de 2019

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Cultural El Duende

El pintor tiene un compromiso con las aspiraciones de su pueblo

24 feb 2019

Con motivo de los 238 años de la Gesta Libertaria de Oruro y, para rendir homenaje a la prolífica labor del artista plástico Erasmo Zarzuela Chambi, en pasados días, creadores de la forma y el color, inauguraron una exposición pictórica en la Casa de la Cultura Simón I. Patiño. La muestra estará abierta hasta el 8 de marzo. En esta oportunidad, El Duende -honrado de contar en su equipo editor con el Maestro de las Artes- reproduce algunas de las valoraciones insertas en: "Obra Gráfica - Erasmo Zarzuela" (2009 - Fundación Cultural ZOFRO)

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Luis Urquieta: "Su personalidad es tan esclarecida

como su obra misma"

Todo artista siempre acaricia, al menos para llenar su mundo interior, la posibilidad de plasmar en cada creación sus calidades, sus angustias, sobre todo su libertad de creación, y Erasmo Zarzuela no podía ser ajeno a esta aspiración. Su personalidad es tan esclarecida como su obra misma, por su sencillez semejante a la vida pulcra y silente que la leyenda cuenta de aquel monje tibetano que pintaba la brisa. Moderado para la conversación, prefiere comunicarse por conducto de su obra, que con preferencia es el elocuente mensajero del lenguaje expresionista. Tampoco es de su interés buscar reconocimientos ni valoraciones para su producción, le basta alimentar su mundo con el caudal de su pureza y conservar una vida seráfica, digna de su naturaleza.

Edwin Guzmán: "Sus trazos profieren el lenguaje

de un mundo primigenio"

La mancha que roza la línea, la línea que plasma la forma, la forma que anima la textura, la textura que se torna escritura, la escritura que consagra el silencio. Así, Erasmo, nos pasea por sus hechuras: personajes jalados de la imaginación, su imaginación que visita lo real y retorna hacia sí para mirarse en el espejo del dibujo.

La mancha que roza la línea, la línea que plasma la forma, la forma que anima la textura, la textura que se torna escritura, la escritura que consagra el silencio. Así, Erasmo, nos pasea por sus hechuras: personajes jalados de la imaginación, su imaginación que visita lo real y retorna hacia sí para mirarse en el espejo del dibujo.

Sin otra pretensión que hacer lo suyo, sus dibujos, más que componerse, se tejen para ser y son. Ni patetismo ni hieratismo. Extrañeza que linda con la ironía. Representación que no condesciende al formalismo, ni a la repetición en serie. Saludable ruptura con el cliché y las buenas costumbres del dibujo tradicional. Máscaras y circunstancias, paisajes y actitudes, seres y no seres -¡y cuándo no!- trazos que se aventuran a proferir el lenguaje de un mundo primigenio.

Mario D. Ríos: "Su arte siempre se alimentó

del elogio reconfortante"

En el transcurso de la segunda mitad del siglo pasado, ya vencidos los años sesenta, el nombre de Erasmo Zarzuela fue tomando la altura que su producción plástica motivaba. Aquel anhelo de juventud adquirió relieve, dado el desvelo por penetrar en el mundo fantástico de la pintura y el dibujo. Así, venció a los primigenios, porque su obra fue adquiriendo tal relieve que ya no sorprendió que la firma de Zarzuela, al pie de cada obra, engalanara importantes exposiciones plásticas en Bolivia y el exterior. Consecuencia de ese ir y venir entre papeles, lápices, tinta carboncillo, conte, pluma, sanguina y otras técnicas reservadas al dibujo, Erasmo logró propósitos que lo consagraron en su especialidad, siendo reconocido en los círculos más severos de la crítica.

En su trayectoria, su vínculo con figuras estelares de la plástica nacional como Gíldaro Antezana, Ricardo Pérez Alcalá y �dgar Arandia, dio por resultado la creación del "Círculo 70", sin otro fin que el de impulsar el arte en un ambiente que reclamaba un mayor movimiento de la plástica. Es obvio comprender que los afanes de estos pintores encontraron un eco favorable, no sólo en el ambiente que aprecia la belleza de los cuadros, sino en todo el ámbito de artistas bolivianos. Su labor artística no se detuvo en el dibujo, aunque la especialidad lo consagró junto a otros nombres ya reconocidos.

Su recorrido profesional incluye otras técnicas, otras inquietudes que tienen también destino de la ilustración, sin dejar de lado la evidente pasión por presentar el público series completas en exposiciones colectivas e individuales. Ese afán de divulgación del arte encontró en todo momento la respuesta esperada, el aplauso reconfortante y el elogio que el periodismo difundió en todas las ciudades donde se conoció su labor artística.

El arte de Zarzuela se concentra en la delicadeza de líneas geométricas para crear imágenes humanas. En otros, su pulso acentúa curvaturas sin dejar de lado la divina proporción, lo cual concurre a resaltar la figura en ese universo de ideas y compromisos, según el destino de la ilustración (revista, periódico, libro). Su trabajo se ajusta delicadamente a un fin determinado, razón suficiente para hacer referencia a la ductilidad de su intelecto y a la seguridad de la mano que traza el dibujo.

Toda esa entrega a las artes plásticas, se multiplica en encomiable labor reservada a la docencia como profesor de pintura superior en la Escuela de Bellas Artes de Oruro y en innumerables talleres. Su labor gráfica-periodística se proyecta desde hace más de dos décadas años a través de las ilustraciones del Suplemento Literario EL DUENDE, sin que por ello los horizontes de su arte no sean cada vez mayores.

Referirse a la presencia del artista boliviano en Bienales realizadas en los Estados Unidos de Norteamérica, Chile, Ecuador, Argentina -sin dejar de lado lo nacional- es redundar en lo obvio. Como sobreentendidos están los premios y distinciones recibidas los que, siendo muchísimos, no llegan al premio mayor que le otorga la admiración de miles de personas que conocen su arte

Erasmo Zarzuela (Oruro, 1943)

"Esta vocación me acompañará por siempre"

El deseo de pintar se manifestó en mí desde la infancia, de allí en adelante, la vocación por el dibujo y la pintura me acompañará por siempre.

La Villa de San Felipe de Austria fue la cuna que me abrió el espacio a la vida. Siendo fruto de esta tierra minera, fortalecido por su fuerte dosis de misterio y magia andina, quise plasmar en mi obra toda la energía que refleja nítidamente el ara del altiplano ignoto.

El pintor tiene un compromiso con las aspiraciones de su pueblo. El arte es la suprema forma de reflejar las alegrías y las angustias del artista. Si mi obra tiene alguna significación, en su origen está el sello de mi padre y mi madre, quienes desde su vigilia permanente han hecho de mí un humilde servidor del arte y de mi tierra andina fabulosamente mágica y misteriosa.

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