Tratado de 1904 y seguridad portuaria

En la segunda semana del presente mes, un consorcio de capitales chilenos compró la totalidad de las acciones de la Terminal Portuaria de Arica (TPA), donde mantenía un 20 por ciento el Grupo Romero a través de Ransa, una empresa peruana que mantiene relaciones con los operadores chilenos.

Si bien el caso podría verse como una determinación expresa e independiente de inversores chilenos para el manejo de uno de los puertos del Norte de ese país, lo cierto es que tal actitud conlleva una abierta transgresión al artículo 6to del Tratado de 1904 al establecer que "Chile reconoce a favor de Bolivia y a perpetuidad, el más amplio y libre derecho de tránsito comercial por su territorio y el acceso a los puertos en el Pacífico", así de claro el vigor del Tratado que muchas ocasiones sirve para algunos argumentos extra diplomáticos de Chile y que es obviado cuando se trata intereses financieros, desconociendo la mínima responsabilidad de comunicar transacciones mayores que pueden afectar los intereses bolivianos en sus operaciones portuarias.

Desde hace algunos años, una serie de conflictos internos de personal portuario en unos casos y de aduaneros de Chile en otros, han ocasionado serios daños en la economía de muchas empresas comerciales de Bolivia, importadoras y exportadoras, además del sector del transporte, al suspender actividades por varios días, sin reconocer los daños pertinentes a los afectados. Esa serie de irregularidades fueron reclamadas por autoridades bolivianas a través de la Cancillería, lamentablemente sin resultados positivos y por el contrario, avalando la cadena de actitudes irregulares. A propósito del tema, la Cámara de Comercio de Santa Cruz en Bolivia, estimó pérdidas de 300 millones de dólares por más de sesenta paros entre el 2013 y junio del 2017. Una suma que pese a los tratados, resulta irrecuperable.

Esos hechos denunciados en su momento, lamentablemente no han sido atendidos por el Gobierno chileno, los daños causados no han sido reparados y al contrario ha disminuido ostensiblemente la calidad de servicios, generando una justificada reacción de sectores comerciales e industriales que exigen mejoras en la Terminal Portuaria de Arica, respetando el Tratado de 1904.

Los operadores del puerto de Arica, gubernamentales y privados, saben y admiten que el 80 por ciento de sus "despachos" representan los productos bolivianos, los que salen y los que llegan, lamentablemente aún sabiendo de esa indiscutible posición comercial, no se han hecho mejorías que favorezcan a los operadores bolivianos que deberían ser "los clientes preferenciales en todos los servicios, en cumplimiento de un Tratado que está vigente y que merece pleno respeto y cumplimiento", según lo señalan y lo reiteran ejecutivos empresariales y diplomáticos bolivianos.

Otro hecho y que también se relaciona con el caso de Arica y por lo mismo es parte complementaria y operativa en materia de puerto, es el funcionamiento del ferrocarril Arica - La Paz y viceversa que está prácticamente paralizado por varios años y cuya rehabilitación merecería un acuerdo de partes chileno bolivianas para que en sus jurisdicciones respetivas habiliten el funcionamiento de un servicio ferroviario que tiene directa vinculación con la actividad portuaria y cuyo beneficio, tiene mayores ventajas para Arica y su movimiento comercial.

En todo caso, la compleja situación por la que atravesó el puerto de Arica y que posiblemente pueda mejorar en el futuro, tomando en cuenta la responsabilidad chilena en el Tratado de 1904, es un asunto que debe comunicarse mínimamente en las instancias de coordinación diplomática. Bolivia merece respeto y el cumplimiento de acuerdos transnacionales.

Fuente: LA PATRIA