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Sábado 23 de febrero de 2019

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Revista Tu Espacio

EST?TICA

Subcisión de cicatrices de acné

23 feb 2019

Por: Allison Páez Troche de Arandia -Exclusivo para Tu espacio

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Las cicatrices por acné atróficas, ya sean onduladas, en furgón o en pica hielo, suelen tener tractos fibrosos subyacentes que, a modo de ancla, tiran de la superficie de la piel hacia abajo provocando que adopten una forma hundida. Esta fibrosis es, además, el motivo por el cual algunos tratamientos para las cicatrices de acné puedan fracasar. Si éstas están muy ancladas a la profundidad por la fibrosis, aunque se genere colágeno es posible que su superficie no ascienda, debido a la tensión que ejercen hacia abajo los tractos fibrosos. Por lo tanto, es importante eliminar o romper estas anclas fibrosas que hay debajo de las cicatrices por acné cuando esto sea necesario. De esta manera, los tratamientos posteriores serán más efectivos.

Se trata de un procedimiento sencillo en el cual, a través de una mínima punción, se inserta una aguja en forma de lanceta con bisel (Nokor) por debajo de las cicatrices de acné a tratar estos tractos fibrosos se rompen y la superficie de la piel asciende, ya sea sólo con esta maniobra como con los procedimientos posteriores para tratar las cicatrices. Cada una de las cicatrices atróficas debe ser tratada por distintos puntos de entrada para asegurar que se rompe el máximo número de tabiques fibrosos en un mismo acto. En general, sólo se requiere una única sesión de subcisión si las cicatrices no son muy extensas o profundas. Si, por el contrario, hay una cantidad importante de cicatrices o son muy deprimidas, es recomendable proceder por sesiones mensuales dividiendo el tratamiento en áreas.

Se trata de un procedimiento sencillo en el cual, a través de una mínima punción, se inserta una aguja en forma de lanceta con bisel (Nokor) por debajo de las cicatrices de acné a tratar estos tractos fibrosos se rompen y la superficie de la piel asciende, ya sea sólo con esta maniobra como con los procedimientos posteriores para tratar las cicatrices. Cada una de las cicatrices atróficas debe ser tratada por distintos puntos de entrada para asegurar que se rompe el máximo número de tabiques fibrosos en un mismo acto. En general, sólo se requiere una única sesión de subcisión si las cicatrices no son muy extensas o profundas. Si, por el contrario, hay una cantidad importante de cicatrices o son muy deprimidas, es recomendable proceder por sesiones mensuales dividiendo el tratamiento en áreas.

En primer lugar, la ruptura de los tractos fibrosos que tiran de la piel hacia la profundidad, hace que la superficie de la piel ascienda inmediatamente y en las siguientes semanas. El procedimiento provoca una nueva cicatrización por debajo de la superficie cutánea, que formará colágeno nuevo para aportar el volumen perdido sin que la epidermis se haya dañado (no deja ningún tipo de marca o costra). La ruptura de la fibrosis y el movimiento de la aguja liberan sangre dentro del hueco de la cicatriz, por lo que se aportan inmediatamente factores de crecimiento que potenciarán una nueva cicatrización, se puede dejar plasma rico en plaquetas o relleno de ácido hialurónico en ciertos casos, lo que aporta un volumen temporal que minimiza la tendencia a la retracción.

Es una técnica rápida, normalmente indolora, puede realizarse con anestesia local. Asimismo, se puede combinar con cualquier otro tipo de tratamiento para las cicatrices de acné (luz pulsada intensa, mesoterapia anti acné, peeling, plasma rico en plaquetas, mega dosis de vitamina C).

Por lo general es una técnica sencilla y segura. Ocasionalmente, si existen muchos tractos fibrosos que se han roto, puede aparecer hematoma levemente doloroso debajo de las cicatrices, que resolverá en unos días. Hay que recordar que la formación de este hematoma no deja de ser positiva, para favorecer la recuperación del volumen perdido con la atrofia y por el aporte de factores de crecimiento que supone. La formación del hematoma puede reducirse si se aplica presión y hielo después de haber realizado la subcisión. Asimismo, durante 2-3 días es posible que se observe una leve hinchazón (edema) en la zona tratada.

Hay que ser cauteloso y evitar emplear la subcisión en el área mandibular, la temporal y la pre auricular, ya que con la aguja se podría dañar involuntariamente alguna fibra nerviosa o un vaso sanguíneo.

El beneficio obtenido por la subcisión es permanente, los tractos fibrosos rotos no vuelven a formarse, ni hay que repetir el procedimiento periódicamente por pérdida de la mejoría obtenida. El paciente puede retornar a sus actividades con cuidado de 3 días a exposición del calor.

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