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Sábado 23 de febrero de 2019

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Revista Tu Espacio

RESPUESTAS DE PSICOLOGÍA

Trastorno explosivo intermitente

23 feb 2019

Por: Rodrigo Aliendre Ramírez - Exclusivo para Tu espacio.

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Considerando los problemas de conducta por los que actualmente pasan los niños, niñas y adolescentes los cuales repercuten en su adultez, es necesario considerar los diferentes trastornos de conducta y de control de impulsos, por lo mismo se describirá el trastorno explosivo intermitente, que nos llevará a entender el comportamiento que refleja muchas veces la falta de control de impulsos, agresividad de diferente índole, que va desde la agresión verbal, hasta la física y que deteriora las relaciones personales, sociales, familiares, laborales u otras.

Entre las características del trastorno explosivo intermitente, encontramos arrebatos que reflejan escaso control de impulsos y agresividad, clasificados en agresión verbal (Por ejemplo, berrinches, disputas verbales o peleas) o agresión física contra la propiedad, los animales u otros individuos, en promedio dos veces por semana, durante un período de tres meses. La agresión física no provoca daños ni destrucción de la propiedad, ni provoca lesiones físicas a los animales ni a otros individuos. También existirán por lo menos tres arrebatos en el comportamiento que provoquen daños o destrucción de la propiedad o agresión física con lesiones a animales u otros individuos, sucedidas en los últimos doce meses. La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos recurrentes, es bastante desproporcionada con respecto a la provocación o cualquier factor estresante psicosocial desencadenante. Los arrebatos agresivos recurrentes no son premeditados (es decir, son impulsivos o provocados por la ira), ni persiguen ningún objetivo tangible (dinero, poder, intimidación). Los arrebatos agresivos impulsivos (o basados en la ira) del trastorno explosivo intermitente, presentan un inicio rápido y típicamente un escaso o nulo período relacionado con él. Los arrebatos suelen durar menos de 30 minutos y se producen frecuentemente como respuesta a una pequeña provocación, por parte de un amigo íntimo o una persona cercana.

Entre las características del trastorno explosivo intermitente, encontramos arrebatos que reflejan escaso control de impulsos y agresividad, clasificados en agresión verbal (Por ejemplo, berrinches, disputas verbales o peleas) o agresión física contra la propiedad, los animales u otros individuos, en promedio dos veces por semana, durante un período de tres meses. La agresión física no provoca daños ni destrucción de la propiedad, ni provoca lesiones físicas a los animales ni a otros individuos. También existirán por lo menos tres arrebatos en el comportamiento que provoquen daños o destrucción de la propiedad o agresión física con lesiones a animales u otros individuos, sucedidas en los últimos doce meses. La magnitud de la agresividad expresada durante los arrebatos recurrentes, es bastante desproporcionada con respecto a la provocación o cualquier factor estresante psicosocial desencadenante. Los arrebatos agresivos recurrentes no son premeditados (es decir, son impulsivos o provocados por la ira), ni persiguen ningún objetivo tangible (dinero, poder, intimidación). Los arrebatos agresivos impulsivos (o basados en la ira) del trastorno explosivo intermitente, presentan un inicio rápido y típicamente un escaso o nulo período relacionado con él. Los arrebatos suelen durar menos de 30 minutos y se producen frecuentemente como respuesta a una pequeña provocación, por parte de un amigo íntimo o una persona cercana.

El diagnóstico de trastorno explosivo intermitente, no debería darse en individuos más jóvenes de seis años o de un nivel de desarrollo equivalente, ni en individuos cuyos arrebatos de agresividad se expliquen mejor por otros trastornos mentales.

El inicio del comportamiento agresivo impulsivo, problemático y recurrente es más frecuente en la infancia tardía o la adolescencia y raramente se da por primera vez después de los 40 años. Las principales características del trastorno explosivo intermitente son típicamente persistentes y continúan durante muchos años. El curso del trastorno puede ser episódico, con períodos recurrentes de arrebatos agresivos impulsivos.

Entre las consecuencias de trastorno explosivo intermitente, tenemos un deterioro en las relaciones sociales (conflictos o perdida de familiares, amigos, otros), a nivel académico (deserción, dificultades, bajo rendimiento, otros), a nivel laboral (escaso desempeño, pérdida de empleo, conflictos con compañeros de trabajo, otros), a nivel legal (denuncias penales, civiles, familiares, otros), es decir, un deterioro y disfuncionalidad general, en la persona que lo padece.

Por lo mismo la identificación, la atención, el diagnóstico y tratamiento, puede ayudar a generar al restablecimiento y funcionalidad de la persona, pues el comportamiento tiende a acrecentar mientras más pasa el tiempo, siendo prudente la atención especializada con profesionales de salud mental.

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