El terror de viajar por carretera

En los recientes días y por comentario de muchas personas, se aprecia un verdadero temor a viajar por carretera, pues los viajes en omnibuses u otro tipo de movilidades, surubíes y los particulares, parecerían estar sujetos a riesgos impredecibles, una vez que avanzan en las carreteras del país.

Una última referencia hace alusión a la mayor frecuencia de accidentes en la denominada "ruta panamericana", asfaltada en la mayoría de su extensión y de paso por las principales ciudades del denominado "eje central", La Paz, necesariamente Oruro, Cochabamba y Santa Cruz. Con menos incidencia, pero igualmente con saldos lamentables se han producido accidentes en los tramos hacia Potosí, en la diagonal Jaime Mendoza y en la jurisdicción que llega o sale de Tarija.

Por la época de lluvias, se lamentan los accidentes por deslizamiento de caminos en la ruta hacia los Yungas de La Paz, la más afectada en los días pasados, con un registro de muertos y heridos y todavía varios desaparecidos. Se trata de hechos atribuibles especialmente a las condiciones de terreno, debido a las fuertes precipitaciones pluviales.

Pero en el caso de los otros accidentes, hay una prevalencia de hechos que se atribuyen a "irresponsabilidad de conductores", como exceso de velocidad, imprudencia, invasión de carril, cansancio de conductores, estado de ebriedad en contados casos y fallas mecánicas en otro reducido porcentaje. En la mayoría de hechos "las investigaciones continúan", pero los resultados de esos accidentes, han dejado un saldo mayor a medio centenar de fallecidos y una cantidad del doble de heridos, con las graves consecuencias para los familiares y naturalmente para los directos afectados.

Se ha mencionado en alguno de los accidentes, que la causa hubiese sido una fuerte tempestad de granizo que obstaculizó la visibilidad del conductor en carretera, sin que empero se hubiera tomado en cuenta medidas de previsión. El resultado de otros accidentes son parte necesariamente de fallas humanas, lo que incluye en las investigaciones un alto porcentaje de irresponsabilidad, especialmente en conductores de omnibuses que transportan entre 30 a 50 pasajeros en cada motorizado, por lo mismo su trabajo es de muchísimo cuidado y de alto control en un determinado viaje, situación que lamentablemente puede complicarse por acción de "terceros elementos", cuando hay invasión de carril, detención de vehículos sin señalización y otros elementos que pueden causar la pérdida en el control de un vehículo cualquiera.

La cifra de víctimas fatales y la de muchos heridos, el destrozo de motorizados, las contingencias propias de los gastos que ocasionan estos accidentes y por supuesto las responsabilidades del Soat, tienen una secuela de graves contingencias que en el momento actual, han creado temor entre la población, frente a la necesidad, la obligación de viajar por carretera entre diferentes ciudades de nuestro país, algo que se traduce además en el pedido que se hace a las autoridades encargadas del control de viajes, para que ejerzan mayor control en las terminales, en los retenes de carretera y a través de una fluida circulación de la Policía Caminera.

Las rutas asfaltadas necesitan de controles especiales, particularmente en los límites de velocidad, de modo que no se excedan ciertos parámetros que en realidad pueden ser causa de los accidentes. El asunto parece que estaría fuera de control, pues los hechos demuestran que, en los accidentes, hay alto porcentaje de incumplimiento a las normas establecidas y ese es el punto que debe controlarse para devolver seguridad y garantía a los pasajeros. Es urgente implementar una verdadera Policía Caminera.

Fuente: LA PATRIA