Un legado que se queda en las mujeres de los Flores

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El talento en la elaboración de las máscaras del Carnaval de Oruro, siempre se pudo identificar con la familia Flores, cuyos integrantes, por cuatro generaciones, crean máscaras para danzantes de la especialidad de la diablada, legado que ahora se quedó con sus esposas, quienes mantienen viva esta tradición.

La última década sirvió para que la familia Flores, que entonces tenía como cabeza de familia a Germán Flores, pudiera ser considerada como la de los mejores artesanos de la especialidad de diablada, con su muerte hace seis años, fue su hijo Fernando quien asumió las riendas del taller, pero de manera intempestiva él también fallece en 2018, dejando la labor de mantener viva la tradición a sus esposas.

Mirian Corrales Loayza, es la viuda de Germán Flores, se convirtió en la matriarca del taller, quien a falta de su esposo y ahora su hijo, junto a su yerna, Celia Capriles Rodríguez, viuda de Fernando, decidieron mantener vigente el taller y aún realizan los trabajos para las diabladas.

Actualmente, tienen un contrato con La Fraternidad Artística y Cultural La Diablada, que, junto a los hijos de Fernando, el mayor que lleva el mismo nombre de su padre y Julio César, cumplen con la misma calidad y empeño que ellos ponían en cada trabajo.

"La tradición de ellos era hacer máscaras, yo sigo trabajando, mi esposo me enseñó a hacer máscaras y sigo con ello, hay muchas personas que, al no ver a Fernando, dudaron, siempre ellos primero quieren ver el trabajo, pero cuando lo tienen en sus manos dicen que está perfecto, como si fuera el trabajo de él, ellos salen satisfechos", remarcó Capriles.

El vacío que dejó Fernando este reciente año, es muy grande, siendo su familia la que más siente, porque más allá del talento con la construcción de máscaras, era considerado como un buen hijo, esposo y sobre todo magnífico padre.

Ambos, padre e hijo tuvieron la oportunidad de irse de Oruro, para trabajar en otros departamentos, incluso hasta el exterior del país, pero siempre pusieron su trabajo y devoción a la Virgen del Socavón por encima.

El reconocimiento llega de todas partes, ejemplo de ello es que hace pocos días, doña Miriam Corrales, recibió una plaqueta de homenaje de parte del Ministerio de Culturas y Turismo (MCyT), donde se destacó el aporte que realizaron su esposo y su hijo.

Juan Carlos

Alguien que aún mantiene el legado de la familia, es Juan Carlos Flores, quien de profesión es arquitecto, pero muestra toda su pasión por el arte de la construcción de máscaras, además de otras figuras, convirtiéndose en el nuevo representante de la familia en vida.

Fuente: LA PATRIA