Oruro minero y productivo

Cada vez que existe un seminario o mesa redonda sobre el desarrollo del departamento donde siempre se hace referencia a que Oruro es minero y su futuro es minero. También se recuerda que Oruro ha sido la cuna de la industria, etc.

El último evento organizado por la SIB y otras instituciones ha planteado varios problemas y sugerido alternativas de solución. Se ha señalado que los puntos críticos en la producción minera estatal son: baja productividad, vieja tecnología, burocracia que hace consorcio con consultores que convierten cualquier tema en objeto de mercado, regalo de Indio, Galio y otros minerales preciados en la electrónica cuando se exporta solo concentrados.

También que en muchas cooperativas se trabaja de manera consciente como en tiempo de la colonia, esto es, con trabajo manual e insalubre y en casos de sobrexplotación a los nuevos trabajadores que no alcanzan a ser socios. Las actividades mineras en esas condiciones no respetan las leyes vigentes sobre seguridad Laboral y preservación Ambiental. A eso se suma, el juqueo, la comercialización de minerales de dudosa procedencia, contrabando, la caída de producción y leyes.

Por ello, no asumir la seriedad del problema minero en sus dimensiones de prospección, explotación, beneficiado, medio ambiente, valor agregado, investigación y desarrollo tecnológico, hacen que esos discursos sean discursos ocasionales alusivos a la fecha.

En los hechos los comercializadores de minerales son en muchos casos, como se ha demostrado en el último tiempo, los blanqueadores del mineral robado de Huanuni y otras minas. También se ha indicado que existe contaminación y trabajo semiesclavo en la cadena de producción de los minerales, son temas que ahora son cuestionados por las leyes vigentes pero no cumplidos.

Se permiten faltas a la ley 1333 como son los casos del río de Huanuni de aguas plomas, la contaminación eólica y de aguas subterráneas causadas por el tratamiento de los desmontes de oro de Chuquiña que se realiza en Vinto camino a Potosí frente al automóvil club boliviano o los residuos de mercurio en las minas de Yungas o desaguadero, para citar algunos casos. Siendo que algunos supervisores no realizan su trabajo, tal vez la normativa internacional de compra de minerales mejore los sistemas de producción minera, pues exigen la presentación de certificados de calidad, medio ambiente, seguridad laboral del personal y otros.

Antes en 2015 al conocer la propuesta de una candidata a la Alcaldía, escribí que tratar de invertir 35 - 40 millones en un túnel era un despropósito comparado con la inversión en prospección minera que en ese entonces era de 1.4 millón de dólares y que actualmente para el 2019 es de más o menos 1 millón de dólares.

Específicamente, sugerí que era mejor invertir 6 millones de dólares en 50 buses a GNV o electricidad; 3 millones para renovar el parque automotor sindical o libre y 3 millones para buses administrados desde lo estatal las 24 horas; 5 millones en nuevos museos para mantener más días pernoctación de turistas durante el año; 6 millones para descontaminar el lago Poopó y Uru Uru y plantas de tratamiento de aguas con minerales pesados; 1 millón en la isla de los Urus y los sucacollos andinos; 4 millones en procesos de reciclado de basura y sus carros basureros para residuos orgánicos y otro para no orgánicos; 8 millones en maestrías y doctorados y premios en medio ambiente, minería sostenible y agricultura ecológica, 2 millones en un funicular con varias paradas útiles para la subida de turistas y vecinos que se usaría toda la semana, 2 millones en la adaptación de parques en espacios culturales con mini teatros o casas de culturas. Esas inversiones serían responsables con el departamento y la ciudad sustentable, ecológica y productiva que queremos.

Sin embargo, ahora escuchamos que el túnel de la zona Sur al centro tendría el costo de 55 millones de dólares, al parecer existe un pensamiento pentecostal de diezmo en la alcaldía que está muy alejado de las necesidades de una ciudad loteada por minibuseros, agentes municipales en los mercados, loteadores de terrenos baldíos y por burócratas del departamento, a quienes no interesa que Oruro sea una región minera, agropecuaria e industrial con niveles altos en productividad e investigación, pues estos son los indicadores serios de calidad de vida y desarrollo sustentable.

*Es Master en Innovación UASB