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Domingo 10 de febrero de 2019

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Revista Dominical

ECONOMÃA DE BOLSILLO

Oruro tierra de amor y subdesarrollo

10 feb 2019

Por: Joshua Bellott Sáenz - M. Sc.

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Oruro es un departamento con una economía pequeña, ya que la participación de su PIB respecto al PIB del país o de los demás departamentos alcanza a un 5% en promedio, desde el 2010 hasta la actualidad. Por otro lado, tuvo un crecimiento muy volátil durante los últimos años: el 2012 un crecimiento negativo de -1,88%, el 2015 una casi nula tasa de crecimiento (0.01), y el 2017 recuperó significativamente a un crecimiento de 6,52% (ver gráfico).

En el gráfico se muestra el crecimiento de los nueve departamentos, y resulta que los que reportan crecimientos negativos son los dos departamentos mineros y Tarija. Este último caso es el que más llama la atención, en vista de que es un departamento que recibe grandes cantidades de dinero por el impuesto a los hidrocarburos y regalías del mismo sector.

Los sectores que más contribuyeron al crecimiento del PIB de Oruro el 2017, fueron la Extracción de Minas y Canteras, con 16.94%, el Comercio (9.33%), Derechos de Importaciones, Impuestos Indirectos y Otros (6.05%) y los Servicios de la Administración Pública (4.63%) (crecimiento entre el 2016 y el 2017). Sin embargo, es muy curioso el caso de la minería, ya que los tres anteriores años creció negativamente a tasas de -5.8%, -12% y -3.3% (2014, 2015 y 2016). Por otro lado, es importante destacar el rubro de Derechos sobre las Importaciones, IVA, IT y otros Impuestos que contribuyen también al PIB, ya que el 2013 alcanzó un crecimiento de 18.7%, el 2014 de 15.8%, el 2015 de 24.3%, para detener su crecimiento el 2016 con un 5.23%. Queda claro por tanto, que los orureños pagamos cada más, impuestos y gravámenes aduaneros.

Los sectores que más contribuyeron al crecimiento del PIB de Oruro el 2017, fueron la Extracción de Minas y Canteras, con 16.94%, el Comercio (9.33%), Derechos de Importaciones, Impuestos Indirectos y Otros (6.05%) y los Servicios de la Administración Pública (4.63%) (crecimiento entre el 2016 y el 2017). Sin embargo, es muy curioso el caso de la minería, ya que los tres anteriores años creció negativamente a tasas de -5.8%, -12% y -3.3% (2014, 2015 y 2016). Por otro lado, es importante destacar el rubro de Derechos sobre las Importaciones, IVA, IT y otros Impuestos que contribuyen también al PIB, ya que el 2013 alcanzó un crecimiento de 18.7%, el 2014 de 15.8%, el 2015 de 24.3%, para detener su crecimiento el 2016 con un 5.23%. Queda claro por tanto, que los orureños pagamos cada más, impuestos y gravámenes aduaneros.

Otra característica importante del crecimiento de Oruro es que si calculamos la tasa simple de crecimiento (respecto del año anterior o base) del PIB a precios de mercado y a precios constantes de 1990, y sumamos o acumulamos dicho crecimiento entre el año 2011 y 2017 (7 años), encontramos que el crecimiento acumulado del PIB a precios de mercado, alcanza a un 57% (en promedio un 8% anual), y el PIB a precios constantes un 17% (2,4% anual). Recordemos que el PIB a precios constantes refleja un crecimiento real de la economía, o sea, un verdadero aumento en la cantidad producida. Por lo tanto, el crecimiento de la economía de Oruro en 7 años, ha sido realmente bajo.

Describiendo todavía el PIB orureño, presentamos a continuación un gráfico que muestra la participación de los sectores económicos de Oruro en el PIB. El 2010 el sector minero aportaba casi con un 40% al PIB, para luego reducir drásticamente el 2015 a un 21% de participación y subir nuevamente hasta un 28% el 2017. Por otro lado, un segundo sector con una alta participación es el de Servicios de la Administración pública, que de un 13%, pasó a un 21%, para ubicarse el 2017 en un 19%. Otros sectores importantes son el de transporte y comunicaciones, comercio e industria manufacturera.

Por otro lado, y siempre pensando en el crecimiento económico de Oruro, en el siguiente gráfico se muestran las importaciones y exportaciones del departamento, de los años 2010, 2015, 2017 y 2018. Como se puede ver, el 2010 teníamos una balanza comercial positiva, en vista de que las exportaciones eran superiores a las importaciones, situación que se revirtió a partir del 2015. De hecho este año las importaciones casi fueron el doble de las exportaciones, el 2017 más de tres veces y el 2018 fueron superiores por más de 4 veces. Cabe anotar que la economía orureña es extremadamente abierta, o sea, que sobrevive del comercio exterior, por lo que un gran porcentaje del crecimiento del PIB está determinado por el comercio internacional y específicamente del comportamiento de las exportaciones. En otras palabras esta es una situación que deberíamos pensar en revertirla.

Continuando con el análisis de las exportaciones, el siguiente gráfico muestra las exportaciones orureñas de los 4 productos más importantes que representan aproximadamente el 80% de la cartera de exportaciones del departamento. El primero muestra las exportaciones de quinua, mineral de zinc, mineral de plata y estaño metálico en millones de dólares americanos y el segundo en toneladas, para las gestiones 2010, 2015, 2017 y 2018.

En el caso de la quinua, las exportaciones aumentaron en valor significativamente, entre el 2010 y 2015 en un monto de 60 millones de USD, mientras se produjeron 11 mil toneladas más, por lo que se presume un efecto precio pero también un importante esfuerzo en la producción. Dos años más adelante, el 2017, hay una disminución importante de más de 30 millones, para estabilizarse el 2018 con un pequeño aumento de 2 millones; por su lado, la producción entre el 2015 y 2017 aumentó en aproximadamente 5 mil toneladas, para disminuir el 2018. Por lo que podemos afirmar que los precios disminuyeron pese al mayor esfuerzo productivo.

Respecto al mineral de zinc y plata, tienen un comportamiento regular pero en direcciones contrarias, el primero aumentando y el otro disminuyendo en el intervalo de tiempo presentado en la gráfica. Por un lado, la producción de zinc tuvo un cambio importante entre el 2010 y 2015, que no fue acompañado por el cambio en el precio, dado su aumento suave y por el otro, después del pico el 2017, fue disminuyendo hasta el 2018, con un precio seguramente en ascenso. En cambio la producción de mineral de plata aumentó hasta el 2017 llegando a más de 5 mil toneladas exportadas, para bajar el 2018 en más de 1000. Dicho disminución no fue acompañada por el precio que pudo mantenerse constante o disminuir.

Para el caso del estaño metálico que es históricamente uno de los más importantes productos de exportación de Oruro, se ve un aumento en el valor exportado hasta el 2015, para bajar sustancialmente el 2017 (a la mitad), y recuperar para el 2018 sin alcanzar todavía el pico. Se debe destacar para el caso de este producto que el 2016 (que no aparece en el gráfico) fue el peor año, porque en realidad la disminución ese año llegó a los 78 millones de dólares, lo cual comprueba la volatilidad de este producto, que no necesariamente corresponde a variaciones en la cantidad, debido que en el segundo gráfico podemos ver que la producción también aumentó hasta el 2015, para disminuir el 2017 de manera importante, y recuperar el 2018 hasta llegar a las casi 8 mil toneladas exportadas sin alcanzar todavía los niveles del 2010.

Con los datos expuestos, que se constituyen en una radiografía de un gran porcentaje de la economía orureña, podemos concluir lo siguiente:

� La economía orureña es pequeña respecto a los demás departamentos del país, mostrando además un comportamiento muy volátil del principal indicador de la economía, el PIB. Como vimos, pasa muy rápidamente de un año a otro a crecimientos o descensos de este indicador. Una conclusión que se desprende de este hecho es que Oruro tiene una economía altamente dependiente a los precios internacionales de sus principales productos de exportación, lo cual repercute fuertemente en la sostenibilidad de la economía y en la eficiencia de las empresas o emprendimientos que sostienen estas exportaciones.

� La economía de Oruro si bien depende fuertemente de la minería; por su alta participación en la misma, también depende de manera importante de la administración e inversión estatal, característica que de ninguna manera es buena para un economía ya que la misma demuestra una baja producción y diversificación, y por supuesto, un riesgo alto en caso de que los ingresos del Estado; que también dependen de las materias primas y los precios internacionales, caigan estrepitosamente como ya sucedió en años pasados. Asimismo, otro sector de gran importancia es el de transporte y comunicaciones, que se encuentra en concordancia con la posición geográfica del departamento, como la puerta más cercana a las costas del Pacífico, que sin duda es una gran potencialidad. Por otro lado, los demás sectores, si bien son importantes, no determinantes para el crecimiento de la región, por lo menos en cuanto a la generación de valor agregado.

� Una característica de importancia como se describió líneas arriba, es la importante escalada de las importaciones respecto de las exportaciones en los últimos años. Este comportamiento sólo se puede explicar pensando en que los grandes importadores orureños venden sus productos en los demás departamentos del país, que es de donde recuperan divisas para sostener y aumentar dichas importaciones. Este fenómeno de ninguna manera es bueno, porque demuestra que en el departamento no existe una industria que produzca y retenga los beneficios para el consumo y bienestar de sus pobladores, sino más bien, la existencia de grandes montos de dinero que prefieren aportar a las economías de los países vecinos incentivando y manteniendo sólo la economía informal en la región y en los demás departamentos del país que es uno de los pocos medios de sobrevivencia del mayor porcentaje de la población. Por supuesto, queda también claro que no hay la posibilidad de generar empleo digno para los orureños si la situación se mantiene. Oruro se constituye, por lo tanto, en una ciudad de paso que se empobrece cada día más.

� Por último, y revisando las exportaciones de los principales productos vendidos por la región al exterior del país, este hecho refuerza la alta volatilidad de nuestra economía que depende de los precios internacionales, pero además, nos condena a mantener industrias que son ineficientes, precarias y poco productivas.

Sin duda, la economía orureña tiene mucho de amor pero poco de productividad, eficiencia, diversificación e inversión, características que deberían apuntalar el desarrollo sostenible y un futuro promisorio para los orureños. Por lo que en este nuevo aniversario 2019, debemos renovar nuestro compromiso con la región rectificando nuestra visión de futuro para heredar a nuestros hijos tiempos mejores.

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