Sistema de Facturación Electrónica

Para las autoridades del Servicio de Impuestos Nacionales (SIN), implantar un Sistema de Facturación Electrónica (SFE) puede constituir una meta de modernización de sus operaciones, posiblemente le represente -en adelante - un ahorro de gastos y de tiempo, lo que se evaluará cuando funcione todo el proceso y los resultados sean confirmados como positivos, un hecho a largo plazo.

Mientras tanto, en el hecho real y como lo describen los observadores más críticos, se trata de una prueba que causa pavor a los contribuyentes, como una respuesta al pedido del ejecutivo del SIN, cuando pedía a los contribuyentes "que no le tengan temor al sistema". La respuesta más concreta es que la mayoría de gente que paga impuestos, ya tiene pavor al sistema, incluso antes de utilizarlo. Y es que conociendo disposiciones y la necesidad de ingresar al sistema, crea un marcado rechazo sabiendo de las limitaciones en la gran mayoría de contribuyentes, que no tienen un computador, por lo mismo carecen de internet, no saben manejar el equipo y la adquisición de un aparato, más el gasto de internet, representa un gasto oneroso que afecta la economía de comercios con limitadas ganancias.

Según los funcionarios del SIN el nuevo sistema de facturación electrónica facilita el cumplimiento de obligaciones tributarias, reduce el tiempo y el costo de la emisión de facturas impresas en papel; sin embargo a contramano, el SFE obliga al contribuyente a comprar un computador, alquilar el internet, pero también adquirir un software de una empresa autorizada y estar de manera permanente conectado al sistema, detalles que sumados representan un gasto extra sólo para tener parte en el sistema electrónico, que en verdad de los hechos, para los analistas, no representa ninguna ventaja, es una carga.

Sectores de profesionales en general, de contribuyentes de medianas y pequeñas empresas, el Colegio de Auditores de Oruro, un sector de gremiales y especialmente propietarios de negocios de servicios, se oponen al sistema y lo rechazan considerando que "no todos pueden acceder al sistema por carecer de equipos y por desconocimiento en su manejo". Los auditores de manera directa señalan que "ni el SIN y menos los contribuyentes están preparados para ser parte del SFE", por lo mismo frente a una realidad humana y técnica, hay que buscar alternativas que faciliten la continuación de inscritos al SIN, evitando su casi segura migración a la informalidad.

En otros países y bajo otras condiciones, posiblemente funcione el sistema de facturación electrónica, aunque se sabe que paralelamente siguen vigentes los sistemas tradicionales de facturación impresa, puesto que en ningún lugar rigen medidas obligatorias para ser parte de "complejos sistemas de facturación", añadiendo un ingrediente especial y es que además el beneficiario de la facturación electrónica, también deberá poseer un equipo para hacer el seguimiento de las facturas que electrónicamente cargan a su favor.

En algunos sectores de contribuyentes, entre estos los del rubro de la construcción, se espera mayor información sobre el sistema para ver si realmente vale la pena su implementación, mientras que contribuyentes de negocios menores, farmacias, restaurantes, almacenes y servicios, piden soluciones claras, para evitar futuras sanciones por incumplimiento a una normativa que está observada y de momento rechazada.

Los contribuyentes dicen sentir pavor ante el nuevo sistema y las posibles sanciones que se les aplique por no "entrar a un sistema desconocido y complejo".

Fuente: LA PATRIA