Miercoles 14 de julio de 2010

ver hoy




































































Nuestras contradicciones e infidelidades debemos verlas junto a la historia del pueblo elegido que, por esa condición recibió gracias y bendiciones increíbles para los hombres: No solo fue elección, sino un acompañamiento y auxilio permanente: De la esclavitud a la libertad, del hambre y la sed a la saciedad; de las angustias a la esperanza. Todo a manos llenas. Y, sin embargo, en algún momento de perturbación todo aquello se olvidó, como nosotros olvidamos la gracia y el amor.
Dios eligió a Asar que era el rey de Asiria para dar una lección a los israelitas. Y fue una lección dura, como nos pasa a nosotros también. Pero nada pasa si, de por medio no está la voluntad de Dios, y por eso Isaías nos recuerda que la propia Asiria –tras cumplir la misión que se le había encomendado- también sería castigada.
La historia de los hombres y de los pueblos no siempre se puede ver a los ojos humanos. Jesús nos reveló que forma parte del plan divino:
-“Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Fuente: LA PATRIA