Miercoles 14 de julio de 2010
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Editorial y opiniones
Esperar cambios en Chile sobre el mar, es utópico
14 jul 2010
Por: Armando Mariaca V.
Experiencias desde 1904 muestran que al inicio de todos los gobiernos, en Chile o en Bolivia, el tema de nuestros derechos sobre el mar es permanente, entusiasma y, por ambas partes, surgen buenas intenciones para considerar el caso. Pasa el tiempo, muy corto a veces, en que los gobiernos chilenos muestran verdades que mantienen sólidas e indestructibles: “cualquier cosa antes que ceder territorio sobre el mar” y sólo promesas sobre la intención de “mantener las relaciones más cordiales con Bolivia, porque los tratados de 1904 son inviolables e indestructibles”. Estas son verdades que nadie ignora ni en Bolivia ni en Chile.
Sin embargo, es preciso diferenciar situaciones: los gobiernos de Chile, sean de la tendencia política que fuere, han obedecido casi ciegamente las directrices de sus Fuerzas Armadas y, por más voluntad política que haya, no pueden ceder a pedidos, trámites o insinuaciones para remediar el gran y más que centenario problema boliviano. En cambio, en el pueblo chileno – inclusive en niveles de varias de sus instituciones – hay comprensión y hasta conciencia de que el caso boliviano hay que solucionarlo, “darle remedio a la injusticia cometida”; por supuesto, los medios de comunicación chilenos, aunque ven “con alguna simpatía las aspiraciones bolivianas” descartan la posibilidad de negociaciones en favor “del país del altiplano para reintegrarle el mar”.
