Miercoles 14 de julio de 2010
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Ha transcurrido un tiempo prudente desde la ascensión de nuevas autoridades a los altos cargos de la Gobernación, el Consejo Departamental, la Alcaldía y el Concejo Municipal desde donde debe impartirse las normativas para encarar los planes que en ambos sectores se han anticipado “sonoramente” en las campañas proselitistas y que deben servir para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos de este departamento.
Lo que se observa desde la posición del ciudadano común es que en los dos casos por lo menos las autoridades ejecutivas se encontraron con una serie de problemas que limitan su accionar y complican el inicio de una tarea que supuestamente delineada debería funcionar desde el comienzo de gestión.
No sucede así y es una consecuencia lógica del término de un proceso que no siempre acaba con todas sus cosas en orden y lo peor es que casi siempre deja saldo en contra en materia económica.
Pese al bullado trabajo de las llamadas “comisiones de transición” es muy poco lo realmente efectivo y útil que se rescata de una cadena de reuniones que por lo experimentado sirven para que los “salientes” pretendan mostrar que dejan todo en orden mientras los “entrantes” se ufanan al exigir cuentas y papeles para respaldarse en cuanto inicien su nueva labor en los niveles de mando superior.
Fuente: LA PATRIA
