Jair Bolsonaro cumple un mes en la Presidencia pendiente de tragedia minera

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Jair Bolsonaro completó este jueves su primer mes en la Presidencia de Brasil ingresado en un hospital, en donde se recupera de una nueva cirugía, y con el desafío de dar respuesta a la tragedia provocada por un alud de residuos minerales que ha dejado al menos 99 muertos y 257 desaparecidos.

Bolsonaro, de 63 años, usó este jueves las redes sociales, su principal canal de comunicación, para realizar un breve balance de sus primeros treinta y un días de Gobierno y afirmó que la "misión será cumplida".

"Sigo recuperándome y trabajando desde el hospital. Son muchas las líneas de actuación en este primer mes de Gobierno y todavía hay mucho por hacer. Estamos en el camino correcto. ¡Nuestra misión será cumplida! ¡Brasil ocupará la posición que merece en el contexto internacional!", afirmó el mandatario a través de un mensaje publicado en Twitter.

El jefe de Estado, quien el lunes se sometió a una cirugía para retirar la bolsa de colostomía que carga tras ser apuñalado el pasado septiembre, sigue desde el hospital los trabajos de su equipo delante de la primera gran tragedia ocurrida en Brasil desde que llegó al poder.

Tras el desastre, el Ejecutivo determinó la fiscalización de todas las presas mineras para evitar nuevos accidentes como el ocurrido el pasado viernes, reconoció el estado de calamidad pública en la localidad de Brumadinho y cerró un acuerdo con Israel para colaborar en las labores de rescate.

La catástrofe de Brumadinho ha centrado la agenda de Bolsonaro desde su regreso a Brasil del Foro Económico Mundial, donde realizó su debut internacional, después de que fuera elegido presidente el pasado 27 de octubre con un 55 % de los votos.

En sus primeras cuatro semanas, el Gobierno de Bolsonaro ha estado marcado por divergencias internas, un giro en política exterior y una serie de declaraciones polémicas que han activado las alertas de algunos sectores.

El ultraderechista ha comenzado a cumplir algunas de sus promesas de campaña, como la flexibilización en la compra de armas en Brasil, y dedicó uno de sus primeros decretos a fiscalizar mejor la financiación de las organizaciones no gubernamentales, lo que generó críticas.

Otra de sus medidas controvertidas es la que se refiere a la demarcación de tierras indígenas, la cual pasó a estar bajo el paraguas del Ministerio de Agricultura, controlado por el lobby de los hacendados.

En materia económica, Bolsonaro ha ofrecido algunas pistas del proyecto de reforma al sistema de pensiones y jubilaciones que el Gobierno quiere presentar al Congreso en febrero y ha anunciado que venderá edificios públicos para reducir costes.

El mandatario llevó su plan económico de corte liberal hasta el Foro Económico de Davos, en el cual pronunció un cuestionado discurso, en medio controversias por los manejos bancarios "sospechosos" de su hijo mayor, Flavio Bolsonaro.

El primogénito, legislador de la Asamblea Legislativa de Río de Janeiro y senador electo que asumirá funciones este viernes, se ha visto salpicado en un caso que investiga movimientos bancarios "atípicos" de Fabricio Queiroz, quien fue empleado suyo durante su etapa como diputado regional de Río de Janeiro, lo que ha levantado sospechas de evasión fiscal.

En política exterior, el Gobierno de Bolsonaro, de la mano de su canciller Ernesto Araujo, ha promovido una aproximación con países como Estados Unidos e Israel y ha elevado el tono frente al Gobierno del mandatario venezolano Nicolás Maduro tras reconocer al presidente del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, como jefe de Estado encargado del país caribeño.

Araújo criticó este jueves a los países que defienden un diálogo en Venezuela con el Gobierno "ilegítimo" de Nicolás Maduro y aseguró que tales iniciativas tan solo sirven para alargarle la vida a la dictadura.

"Los países que apoyan o toleran a Maduro quieren crear "grupos de contacto" o "diálogo" con su régimen ilegítimo. Eso solo sirve para darle más vida a la dictadura", afirmó el Ministro de Relaciones Exteriores, un duro crítico del Gobierno de Maduro, en un mensaje en Twitter.

Pese a que el canciller brasileño no mencionó a ningún país en su mensaje, la publicación hace referencia a gobiernos como los de México y Uruguay, que aún no han reconocido a Juan Guaidó como nuevo presidente de Venezuela y defienden un diálogo entre Gobierno y oposición para superar la crisis de ese país.

Fuente: Sao Paulo, 31 (EFE)