Tragedia en las carreteras

En los últimos meses del reciente concluido año 2018, se registraron muy lamentables accidentes de tránsito en carreteras y algunos otros en calles de varias ciudades, sumando muchas víctimas fatales y una cantidad de heridos, muchos que siguen hospitalizados. Lamentablemente en este primer mes del nuevo año, la tragedia en las carreteras ha cobrado más vidas y aumentado la cantidad de personas lesionadas, con graves perjuicios y mucho dolor para los familiares.

Al comenzar la semana presente, dos accidentes dejaron 35 fallecidos y el doble de personas heridas. Un accidente se produjo en la carretera Oruro- Potosí con el choque frontal de dos buses de pasajeros, presumiéndose que hubo invasión de carril, lo que implica irresponsabilidad, en uno de los conductores, el hecho se investiga. El otro accidente se produjo en territorio de Tarija cuando un bus de pasajeros salió de carretera y cayó 150 metros de profundidad causando la muerte de unas 13 personas y más de 20 heridos.

En el proceso de investigaciones se mencionan además otros elementos técnicos como falla de frenos, exceso de velocidad y otros desperfectos mecánicos. Si bien se trata de factores hipotéticos, salta a la vista la existencia de cierto grado de irresponsabilidad en la salida de vehículos de transporte de pasajeros que tengan incluso mínimas fallas en su funcionamiento, responsabilidad de chóferes y propietarios de esos motorizados, que por supuesto pasan los controles policiales, en los que no se detectan problemas, por lo tanto el asunto tiene que ver con responsabilidad y conciencia de quienes disponen la salida de autobuses a diferentes destinos del país.

Según el resultado de investigaciones de este tipo de accidentes, se observa que en la mayoría de los casos prevalecen factores negativos, como la imprudencia de conductores, exceso de velocidad, estado de ebriedad no detectado en trancas de control. Por otro lado, se establece descuido de los chóferes y/o propietarios de las flotas que no cumplen con una obligatoria revisión técnica en sus talleres, antes de cada viaje, pues en estos casos la "inspección de Tránsito" no tiene mínima garantía.

Por otra parte, se observa la ausencia de control de la Policía Caminera, una división inoperante, por la falta de suficiente cantidad de unidades motorizadas para realizar permanentes patrullajes en las carreteras a objeto de detectar irregularidades en conducción, moderar la velocidad en algunos "apurados" conductores y mostrar la presencia de una autoridad policial en varios sitios de las carreteras, irradiando confianza y seguridad entre conductores, familiares o pasajeros de todo tipo de movilidades.

Hay sectores institucionales en las ciudades que sugieren a las autoridades de Gobierno, destinar la mayor cantidad de vehículos decomisados por contrabando o narcotráfico a la Policía Caminera en cada distrito del país, pero principalmente en las rutas de alto tráfico, doble vías, y en las carreteras asfaltadas que son una mayoría y por lo mismo incitan a desarrollar altas velocidades, transgrediendo las recomendaciones de Tránsito.

Frente a los recientes y luctuosos accidentes, hay necesidad de apuntar como prioridad de servicios de seguridad, la dotación de motorizados y más personal de servicio para reestructurar el trabajo de una verdadera Policía Caminera, que tenga sus movilidades en permanente movimiento, para ejercer control, moderar y vigilar la circulación de motorizados en las carreteras, pero especialmente de los que transportan decenas de pasajeros.

Fuente: LA PATRIA