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Domingo 13 de enero de 2019

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Revista Dominical

ECONOMÍA DE BOLSILLO

¿Qué nos preocupó en términos económicos a los bolivianos el 2018? - Parte 2

13 ene 2019

Por: Joshua Bellott Sáenz M. Sc.

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Continuando con la revisión de algunas preocupaciones en el ámbito económico vividas en 2018, las noticias en el ámbito de los hidrocarburos y específicamente de la exportación de gas natural, por supuesto, dieron mucho de qué hablar. La razón más evidente es que Bolivia tiene una dependencia casi total a estas exportaciones. Gran parte del supuesto boom económico es precisamente por estos ingresos que según Gonzalo Chávez alcanzaron a más de 60 mil millones de dólares.

Según el Ministerio de Economía y Finanzas entre el periodo 2005 - 2016, las Empresas Públicas generaron una utilidad neta de 41 mil millones de bolivianos, siendo que la utilidad de YPFB representaba más de 37 mil millones. Con lo que queda clara la importancia de este negocio para el país.

Por supuesto, sabemos además que desde 2015 se vivió una reducción significativa en los ingresos de exportación, debido a la caída de los precios de las materias primas, lo cual ocasionó una desaceleración económica, pérdida paulatina de las Reservas Internacionales Netas y un Déficit Fiscal persistente (o sea, el gobierno debe prestarse plata para cubrir su gastos del Presupuesto General de la Nación).

Por supuesto, sabemos además que desde 2015 se vivió una reducción significativa en los ingresos de exportación, debido a la caída de los precios de las materias primas, lo cual ocasionó una desaceleración económica, pérdida paulatina de las Reservas Internacionales Netas y un Déficit Fiscal persistente (o sea, el gobierno debe prestarse plata para cubrir su gastos del Presupuesto General de la Nación).

Que conste que los bolivianos ya sabíamos que los precios de las materias primas no tenían por qué durar mucho tiempo en un nivel tan alto, de hecho, ya teníamos la experiencia de décadas pasadas cuando nuestra economía entró en una tremenda crisis debido a la caída estrepitosa de estos precios. Es por esto que, desde hace muchos años, se hablaba de industrialización, de obtener valor agregado y de que dejemos esa dependencia casi total a las materias primas; y por supuesto, esta época reciente de vacas gordas, era nuestra gran oportunidad para diversificar la economía, invertir en producción y empresas, para que la economía sea sostenible, y claro, salir; por lo menos en parte, de este subdesarrollo.

Lamentablemente sabemos, que en 13 años de gobierno, esto no ocurrió. Pero sin temor a equivocarme, los bolivianos por lo menos esperábamos que si es cierto y obvio que nuestra economía depende en gran parte del negocio del gas natural, por lo menos este sector debería ser pujante y con un crecimiento acelerado. Pero sabemos también que esto no fue así. En este periodo, se tuvo muchos ingresos, la producción de gas creció muy poco, y lo peor, no se invirtió en exploración. Aquellas reservas que nos llevaron a considerarnos una de las más importantes potencias en la producción de gas natural de Sudamérica habían quedado en el pasado. A principios de año (2018), ni siquiera sabíamos a cuánto alcanzaban.

En cuanto a la exportación de gas, los últimos días de noviembre de 2018 habíamos enviado a Brasil alrededor de 17.42 MMmcd y a Argentina 9.5 MMmcd (el promedio de noviembre fue mucho más bajo, ver el gráfico). Según los contratos firmados con esos países, las cantidades de envío mínimas eran 24 y 17.2 MMmcd, y más o menos desde abril o mayo, no podíamos cumplir a cabalidad con dichos envíos. Por supuesto el incumplimiento a los contratos por cualquiera de las partes dará lugar a multas y sanciones, por lo que queda claro que si no podemos cumplir con los envíos es porque algo serio debe estar sucediendo.

Lo cierto es que los contratos de gas, con Argentina se encuentran en plena revisión y con Brasil terminan hasta mediados de este año. Por desgracia, las posibilidades bolivianas de contar con una mejor situación en este negocio es ahora, más que nunca, muy desfavorable.

Gracias a las inversiones, en Argentina, se proyecta aumentar la producción en 5% anual desde 2018 hasta 2022, la productividad de Vaca Muerta (un gran Mega campo) aumentó 167% entre 2014 y 2016. En el Brasil, en los próximos 10 años se proyecta atraer 672 billones de dólares de inversión y estima que duplicarán su producción de petróleo hasta 5,5 MMBls/D el año 2040 (Página 7).

Según Hugo del Granado Cossío, la producción de gas de la Argentina en los próximos tres años, estará por encima de los 250 MMM3/D (más de 4 veces superior a la producción boliviana), y la de Brasil en 140 MMM3/D en 2026 (más de dos veces superior a la boliviana).

Por el lado boliviano, es muy difícil que Bolivia pueda abastecer sus mercados a requerimientos máximos (ya que ni siquiera podemos con los mínimos), debido a que no hay descubrimientos de nuevos campos a excepción de Incahuasi - Aquío. Su aporte de 6.7 MMmcd, no compensa la declinación que registran los mayores reservorios de San Alberto y Sábalo (según Guillermo Torres, exministro de Hidrocarburos).

Por el lado de los precios y la nueva competencia, Argentina exporta a Chile a 4,2 dólares y 5.25 el millón de BTU y a Brasil a 5.65, con transporte incluido, un menor precio en comparación del gas que importa de Bolivia, pues paga 7,04 el millón de BTU.

Lo cierto y lamentable, es que después de 13 años del gobierno actual y la falta de una política y estrategia hidrocarburífera seria, Bolivia corre el riesgo de perder mercados o por lo menos de tener menores ingresos futuros que pueden afectar seriamente nuestra economía.

A las arcas del Estado boliviano no ingresarán Bs. 1.152 millones de bolivianos debido a los bajos volúmenes que se envían a la Argentina desde agosto hasta diciembre de 2018 (El Deber, 3 de enero de 2019).

Por último sobre esta temática, el gobierno publicó con mucho orgullo el nivel de reservas de gas en el país, que alcanzan a un poco más de 10 TCF´s. Si comparamos esta cifra sólo con el megacampo de Vaca Muerta en la Patagonia de Argentina, se sabe que su potencial alcanza a 308 TCF´s (más de 30 veces las reservas de Bolivia), y cuenta además con 16.2 miles de millones de barriles de petróleo, claro, ellos perforaron desde el 2010 al menos 100 pozos usando fracking. En Bolivia pensamos tomar en serio la exploración este 2019.

En otro orden de ideas, en los últimos meses del 2018, nos sorprendimos con la venta de un nuevo producto denominado etanol. Es así que YPFB en noviembre empezó a vender súper etanol en Santa Cruz, Tarija, La Paz y Cochabamba, como alternativa a la gasolina especial a 4.5 Bs el litro. Este combustible con 92 octanos permite mayor rendimiento y cuidado de los motores, además de ser amigable al medio ambiente, por lo menos en cuanto a emisiones.

Los biocombustibles son derivados de la fermentación de azúcares de ciertas especies vegetales (azúcares del jugo de la caña, del almidón del maíz o de la celulosa y de la lignina, que son parte de la biomasa vegetal de desecho, despolimerizadas química o enzimáticamente).

Recientemente se apropia ese nombre para aquellos que son obtenidos por fermentación (etanol, caña de azúcar) o por trans-esterificación y mono-alquilación de ácidos grasos de cadena larga (el biodiesel, soya).

Si bien puede ser considerado como una alternativa a la dependencia de combustibles fósiles, es bueno saber algunos otros detalles que hacen a su producción. El etanol requiere para su fabricación combustibles fósiles en toda su cadena de producción, fertilizantes y herbicidas (huella de carbono), y se ha estimado que para fabricar un litro de este combustible más o menos se requiere 1.700 litros de agua. A esto se suma el uso intensivo de agrotóxicos con los conocidos impactos en la salud de los trabajadores, contaminación de ríos y otros. Por otro lado, la caña no bombea agua del suelo a la atmósfera en la proporción que lo hacen los bosques y no liberan los aldehídos y ácidos grasos volátiles que provocan la formación de nubes y precipitaciones propias de los bosques lluviosos, con lo que, hay pérdida en evaporación del agua, a lo que se suma la infiltración que provoca la pérdida de nutrientes del suelo por arrastre (Roger Carvajal).

Un dato interesante es que la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para vivir bien (Ley 300), vigente y promulgada por Evo Morales, prohíbe expresamente la producción de agrocombustibles y la comercialización de productos agrícolas para la producción de los mismos, así como se hace en otros países.

Por último, nos enteramos que Bolivia ocupa el primer lugar en el ranking del hambre en Latinoamérica, sin embargo YPFB tenía prevista la compra de 80 millones de litros de alcohol anhidro a 4 ingenios azucareros para el 2018, pero para el 2019 comprará 150 millones, casi el doble.

Por lo manifestado, debe quedar claro para todos que este 2019, tendremos una disminución importante de nuestra principal fuente de ingresos, nuestros gastos en sueldos y otros seguirán constantes o en aumento, con lo cual aumentará la deuda externa, la industria petrolera seguirá de bajada, y la otra industria no petrolera aumentará también sus problemas porque nunca hubo diversificación ni incentivo, las exportaciones disminuirán, las RIN seguirán su descenso, y para el colmo de males, destinaremos en mayor proporción nuestros alimentos para la alimentación del parque automotriz, y no para los bolivianos. Si el gobierno prefiere gastar más plata en comunicación y propaganda que en educación, ya sabemos por qué todo anda de cabeza.

PROVISI?N DE GAS NATURAL A ARGENTINA (MMmcd). Promedio 2018

Fuente. El Diario, 31 de Dic de 2018. Elaboración propia.

PROVISI?N DE GAS A BRASIL (OCT-NOV 2018). En MMmcd

Fuente: Boletín Informativo Quincenal, Exportación de Gas Natural. Elaboración propia

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