El sonido de la música que alborota a todo un pueblo

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El maestro alza la batuta, los miles de músicos como si fuesen uno, responden a la orden y con ello salen los arpegios de melodías que desgarran el corazón por el alto contenido emocional que llevan dentro. Se mezclan los sonidos de trompetas, bombos, tambores, bajos, clarinetes, contrabajos, platillos con las lágrimas de los mortales y el latir del alma que a poco está de desmoronarse de alegría.

Es el sentimiento que se vive desde inicios de este siglo, cuando por una idea se decidió reunir a miles de músicos protagonistas del Carnaval de Oruro, Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, para escribir páginas de oro con sus melodías, creando paisajes con pentagramas imaginarios que se lucen en el firmamento como homenaje de fe a la Virgen del Socavón.

Así es la Alta Tierra de los Urus, creadora de los espectáculos más fabulosos del planeta mediante su cultura que son imitadas y usurpadas por gente sin imaginación que deambula en otros países para lucrar a nombre de folklore.

Pese a esa situación, viajemos en el tiempo a aquel memorable 11 de febrero de 2012, cuando se realizó el XI Festival de Bandas de Música y cuyo escenario principal fue la Avenida Cívica "Sanjinés Vincenti", donde nació dicha actividad.

En aquella ocasión se rindió homenaje a la madre de los orureños, la Virgen del Socavón, pero también sirvió para integrar Bolivia, con la entonación de un "popurrí" de himnos que hicieron temblar Bolivia, por esa carga telúrica que estaba inserta en los instrumentos musicales.

Presenció aquel acontecimiento el maestro Gumercindo Licidio, fundador de la Banda Pagador de Oruro y meritorio compositor de una diversidad de canciones que aportaron al engrandecimiento del Carnaval de Oruro. Fue el último homenaje en vida.

Aquella cita también fue memorable porque por primera vez se entonó el Himno Nacional en dialecto puquina, interpretado por un coro de Uru - Chipayas que fueron parte de la atracción.

Al ritmo de canciones memorables del Carnaval de Oruro, se sumaron artistas de renombre como Norte Potosí, Raymi Bolivia y Rosario Peredo, quienes a voz en cuello deslumbraron con su talento.

Los maestros ese día fueron: El mayor Germán Salas Quispe, el suboficial Lucio Apaza Calle y Zenón Choque, quienes mágicamente manejaron la primera parte del festival. La fiesta se desató con el "Viva, viva mi San José" y "Viva mi Patria Bolivia", que fue el corolario de la cita.

En la segunda parte, cada banda de música hizo de las suyas y con su estilo propio para alegrar a los miles de espectadores que se dieron cita a tan magnífica fiesta que solo se la vive en la Alta Tierra de los Urus.