Para referirnos a la ruptura del Orden Constitucional, es necesario primero centrarse en el valor e importancia de los Poderes del Estado asà como de las instituciones jerárquicas y autárquicas como entidades independientes y autónomas aspecto que debe primar en un Gobierno democrático y el respeto que debe existir de los gobernantes a estas como principio de mantener y prevalecer el orden constitucional basado en el obediencia a la Constitución PolÃtica del Estado, las Leyes y el ordenamiento jurÃdico vigente en un paÃs.
En ese contexto ese cambio geopolÃtico, -que en su momento podÃa ser beneficioso-, no ha concluido su proceso y mucho menos se ha consolidado, porque no se ha construido el entramado institucional que exige una democracia. PodrÃan existir otros factores que impidan la consolidación de la democracia en esos paÃses, como la desigualdad socioeconómica, la carencia de una cultura cÃvica a la altura de las circunstancias, el subdesarrollo y las diferencias interregionales, pero lo fundamental para desencadenar la transformación polÃtica es evidentemente el marco jurÃdico e institucional.
Ruptura del Orden Constitucional, se da en un paÃs cuando se rompe o se violan normas de derecho constitucional. Esto sucede cuando se produce un golpe de estado, el cierre del poder Legislativo o se vulnera la seguridad jurÃdica dentro del poder Judicial. Quebrar el orden constitucional es violar la constitución. Originalmente se entendÃa, en sentido estricto, como la ruptura del "hilo constitucional", es decir, la interrupción en la continuidad legÃtima del titular del poder Ejecutivo, o entendiendo al concepto clásico de golpe de estado donde una facción militar asumÃa este poder sustituyendo a uno democráticamente electo.
Sin embargo, en la actualidad, se entiende como todo hecho que implique una usurpación de la soberanÃa popular, de los poderes constituidos legÃtimamente o la violación de los principios democráticos con el fin de mantenerse en el poder o asumir poderes más allá de lo permitido en la Constitución. Este último tipo de situaciones, se está dando en los gobiernos de tinte populista en la planificación de actos sistemáticamente perversos dolosos y malintencionados que se inicia con la censura a la prensa, estrangulamiento y acoso polÃtico a los medios de comunicación imparciales no afines al gobierno, persecución e inicio de juicios irregulares a lÃderes polÃticos, vulneración a los derechos fundamentales de las personas, trasformación y violación de la constitución para perpetuarse en el poder, utilización de las instituciones estatales y poderes entre ellos el judicial y electoral para beneficio de los gobernantes.
Estos actos inconstitucionales se convierten en una bomba de tiempo porque exasperan, indignan y exacerban el carácter del soberano que propician la organización de grupos de barrio, creación de plataformas y colectivos ciudadanos los que en conjunto con organizaciones sociales se unen, planificado, constituyendo y efectuando manifestaciones, bloqueando calles, carreteras, huelgas de hambre y otros mecanismos de presión con el fin de oponerse a la vulneración de derechos exigiendo el respeto a la constitución y las leyes. Por otro lado los gobernantes utilizan la fuerza pública para apaciguar y acallar el descontento ciudadano, lo que da lugar al choque entre las personas descontentas y las fuerzas del orden público, originando la persecución, detención, de personas involucradas en estos hechos, en las que sensiblemente se suscitan actos violentos que dan como resultado personas heridas e inclusive muertas, ocasionando de esta manera convulsionar un paÃs originando la ruptura del orden constitucional por la violación continua de la constitución, las Leyes, y los derechos fundamentales de las personas.
El descontento reflejado en las calles, asà como de actos de violencia y agitación prolongadas pueden dar lugar a la activación de la "Carta Democrática" de la OEA. Para evitar este tipo de manifestaciones y movimientos sociales es imprescindible el diálogo entre gobernantes y gobernados, deponiendo actitudes personales, polÃticos o de un grupo, con el propósito de escuchar la voz y el sentimiento del soberano que es la máxima autoridad en un paÃs democrático evitando desenlaces lamentables, trágicos y no aconsejables para todo gobierno que pretenda gobernar escuchando al pueblo. Primero es la Patria a la que se le debe sumisión y respeto.
(*) Ingeniero
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