Si se tuviese que penalizar la frase del legislador brasileño Amorim, en cuanto a sus transgresiones, individuo anodino que quiere saltar a la palestra y se presenta ante el mundo como un hombre insipiente (falta de sabiduría yciencia) que no supo explotar la excelsitud sin límites de su cerebro para pensar, y lo utiliza para hacer alarde público de su misantropía, exornada de racismo y sentimientos de superioridad, se tendría que recurrir a la insondable reencarnación para que pueda cumplir su sentencia.
Las transgresiones se enumeran así: El hombre significa el nacido de la tierra, que nos conduce a su esencia; ser formado con tierra, de una parte y como todas las cosas terrestres se eleva en un mundo superior. Todos los hombres según la investigación auténtica descubre continuamente su grandeza incomparable, y acorde al inmortal canto de coro de la "Antígona" de Sófocles que dice: "Muchas cosas grandiosas viven, pero nada aventaja a un hombre en majestad", entiéndase que eso es válido para todo hombre sin discriminación de color y raza.
Las transgresiones se enumeran así: El hombre significa el nacido de la tierra, que nos conduce a su esencia; ser formado con tierra, de una parte y como todas las cosas terrestres se eleva en un mundo superior. Todos los hombres según la investigación auténtica descubre continuamente su grandeza incomparable, y acorde al inmortal canto de coro de la "Antígona" de Sófocles que dice: "Muchas cosas grandiosas viven, pero nada aventaja a un hombre en majestad", entiéndase que eso es válido para todo hombre sin discriminación de color y raza.
Una múltiple estratificación caracteriza la naturaleza humana, es decir, al hombre en su ser y obrar. Tan vinculado está el hombre a los organismos, que es pertinente preguntarse por la descendencia somática o la evolución de su cuerpo a partir de formas previas inferiores, que denotaría el evolucionismo; aquí reside el irrefutable argumento para que todo hombre reconozca su origen inferior.
Hasta aquí he tratado, como columnista, de contemplar al hombre como miembro de la naturaleza, no obstante, según su propia peculiaridad, es más que naturaleza. Le corresponde una vida espiritual intrínsecamente independiente de cuanto sea corpóreo. Por ello, el conocimiento intelectual desciende hasta lo más profundo de las cosas, hasta el ser y se eleva hasta su último fundamento, hasta el Ser de su creencia y todo Ser de su creencia le prescribirá la igualdad en los humanos.
Lo expuesto es bastante fundamento para enervar definitivamente las expresiones del legislador brasileño, pues esta explicación de orden filosófico destrona cualquier posibilidad de discriminación entre los humanos, pues sería una antinomia intentar desconocer esta exégesis del hombre.
Otra transgresión: el desarrollo integral de las disposiciones y fuerzas de la naturaleza del hombre conduce a la noble humanidad que el humano proclama como finalidad de la colectividad humana. A este fin noble de la humanidad el brasileño de marras desconoce con impávida dicacidad, ignorando su propia historia y desconocimiento que los indígenas de su país fueron expulsados de sus tierras en la región de Vampes por los soldados del ejército brasileño y agrupados como parias en la región de Cachoeira.
Con este ejemplo se recuerda uno de los dramas sociales singulares con significación, que permiten descubrir las dimensiones sociológicas, políticas y simbólicas que, de otra forma, podrían permanecer inertes en la sombra del desconocimiento
Tratar de eliminar a los indígenas que constituyen el tesoro sociológico más apreciado de los pueblos evolucionados, engendra una serie de moldes para proteger los intereses de los indígenas y recordar la forma en que fueron tratados los lucanas en Brasilia.
Lo expuesto señala una proclividad dentro del circulo indígena que sería la fortaleza del indio perfecto, cuyas virtudes, sufrimientos y estoicismo puro le han otorgado el derecho de ser defendidos por profesionales de los derechos de los indígenas.
Otra transgresión: la honra entre los humanos es un signo exterior del reconocimiento de alguna preeminencia en otro, es decir, en nuestro invaluable prójimo, donde no cabe resquicio de discriminación en forma alguna. Esta estima interior, que se llama respeto, es en sí más importante que la acción aislada de honrar externamente.
La honra y la buena reputación son bienes jurídicos importantísimos para el esfuerzo ético del individuo y para la vida social, constituyendo las bases de la confianza mutua. El osado brasileño que además ostenta autoridad, nunca gozará de honra y buena reputación y la historia lo condenará al ostracismo y la indignidad pues estos antecedentes emergerán incólumes cuando sus ambiciones presionen salir de la mediocridad.
En nuestro país, un país multicultural, por lo tanto riquísimo sociológicamente, se vive la confianza y el respeto al prójimo sin discriminación pues la inclusión efectiva es un hecho.
(*) Abogado, posgrados en Interculturalidad y Educación Superior, Filosofía y Ciencia Política (maest), Arbitraje y Conciliación, Alta Gerencia para abogados, Docencia en Educación Superior, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa.
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