Aumentan las jaurías

Por las informaciones que se divulgan con inusitada frecuencia, el gravísimo problema de la presencia de perros callejeros en las calles de nuestra ciudad, es un asunto que merece atención de urgencia, ante la peligrosidad que entraña el ataque de esos animales a la ciudadanía y ahora último en calles de intenso tráfico de personas.

Al comenzar el año se denunció el ataque de perros callejeros a una ciudadana causándole graves heridas y un impedimento de medio mes para que pueda reponerse de los daños en su integridad física, esperándose que no existan complicaciones.

De manera recurrente, ciudadanos de muchos barrios, denuncian la constante presencia de peligrosas jaurías con numerosos perros que impiden el tráfico regular de personas, las que deben darse modos para "espantar" a los peligrosos canes evitando además ser atacados por esos animales que están a la búsqueda de alimentos y disputando rabiosamente lo que encuentran en bolsas de basura que deja la vecindad en muchos sitios de la ciudad.

De acuerdo a informes de autoridades del Programa de Zoonosis del Servicio Departamental de Salud, aseguró que se internó a la víctima en instalaciones hospitalarias, sin embargo se mencionó también que algunos de los feroces perros, tienen dueños, quienes incumplen la ordenanza municipal que prohíbe la presencia de perros en las calles, mascotas que deben mantenerse bajo cuidado directo de sus dueños en los domicilios, determinándose como en el último caso, responsabilidad y sanciones a los dueños de los canes agresores.

Pero el hecho en sí, puede tener características como la mencionada, sin embargo, las jaurías en su mayoría son la reunión de perros callejeros, cuya población aumenta peligrosamente en la ciudad, pese a los esfuerzos de zoonosis para disminuir este latente peligro público.

Se han hecho muchos intentos para trabajar en el control de la creciente población canina, pero los resultados no son satisfactorios y los perros callejeros y algunos con dueños, siguen siendo un gravísimo problema para la colectividad, especialmente la de niños y personas de la tercera edad, que son atacadas por los furiosos perrunos, en cualquier sitio de la ciudad pues esas jaurías y como se pudo observar, han llegado hasta el mismo centro de la ciudad, entre la Plaza y el Parque Castro y Padilla.

Se trata de un problema en el que debe primar el criterio de seguridad ciudadana, por encima de otras situaciones y actitudes que asumen defensores de las mascotas, aclarando que el peligro está en el descuido de propietarios que dejan los canes en las calles, los que se unen a los callejeros multiplicando el riesgo para la ciudadanía, que se siente indefensa ante la presencia de los perros callejeros. La medida del Centro Municipal de Zoonosis, destruyendo las "guaridas" para perros en puertas de domicilios, puede atenuar de algún modo la presencia de mascotas en las calles, pero lo que se recomienda es que esa misma dependencia, asuma responsabilidad más drástica en la disminución de los peligrosos canes vagabundos. Hay que asumir defensa en la seguridad física y hasta en la vida de personas.

Fuente: LA PATRIA