Ya va corriendo enero. Pasó ruidosamente ese cambio de una cifra por otra. Lo que no se detiene es el tiempo, la sucesión de los dÃas y sus noches. Sólo el "quererse no tiene horario ni fecha en el calendario, cuando las ganas se juntan", como dice una canción. Pero feliz el que no se detiene a pensar en esas cosas pasajeras como el tiempoÂ?
Nosotros, los seres humanos, y en realidad la mayor parte de los seres vivos, no tenemos la posibilidad de renovarnos con ninguna pila; en cambio llevamos en el interior del pecho una pequeña bombita cuya misteriosa pulsación es el signo de la vida; con una caracterÃstica esencial: cuando se detiene, no vuelve a funcionar. Ese tránsito hacia el otro lado es como el del tiempo, no da marcha atrás; es irreversible.
Nosotros, los seres humanos, y en realidad la mayor parte de los seres vivos, no tenemos la posibilidad de renovarnos con ninguna pila; en cambio llevamos en el interior del pecho una pequeña bombita cuya misteriosa pulsación es el signo de la vida; con una caracterÃstica esencial: cuando se detiene, no vuelve a funcionar. Ese tránsito hacia el otro lado es como el del tiempo, no da marcha atrás; es irreversible.
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