Un sombrero habr铆a sido el causante del abrupto retorno de S.E., de los actos de posesi贸n a la presidencia del Brasil, cuando un funcionario de ceremonial de la canciller铆a brasile帽a, Itamaraty, habr铆a advertido la improcedencia de que el jefe de nuestra diplomacia luzca este indumento, durante la cena de gala ofrecida por el flamante mandatario Jair Messias Bolsonaro a sus ilustres invitados.
Es justo suponer y reconocer el enorme, como infructuoso esfuerzo ejercido por nuestro pintoresco Canciller, al tratar de introducir una nueva moda en un ambiente como el brasile帽o que, de suyo, es hoy el menos asequible para aceptar tales innovaciones, al estar saliendo de un mundo caracterizado por la tosquedad y la oclocracia, lo que lo torna reticente a aceptar una luenga trenza, m谩s grasosa que graciosa; un rostro sin afeite y menos un sombrero en una cena de gala.
Tal actitud no hizo otra cosa que exacerbar el 谩nimo de los anfitriones que, no por derechistas, nazis o fascistas recalcitrantes, observan la vieja norma que se帽ala que, un sombrero, como su nombre lo indica, es una prenda utilizada para crear sombra y, por lo tanto, destinado s贸lo a espacios donde brilla el astro rey. As铆 como, "quitarse el sombrero" es una expresi贸n que significa el respeto y la admiraci贸n que uno siente por alguien o por algo, saludar al presidente anfitri贸n sin destocarse, significa una falta de respeto, que raya en el m谩s grosero insulto.
Tal actitud no hizo otra cosa que exacerbar el 谩nimo de los anfitriones que, no por derechistas, nazis o fascistas recalcitrantes, observan la vieja norma que se帽ala que, un sombrero, como su nombre lo indica, es una prenda utilizada para crear sombra y, por lo tanto, destinado s贸lo a espacios donde brilla el astro rey. As铆 como, "quitarse el sombrero" es una expresi贸n que significa el respeto y la admiraci贸n que uno siente por alguien o por algo, saludar al presidente anfitri贸n sin destocarse, significa una falta de respeto, que raya en el m谩s grosero insulto.
Ahora bien, como se帽alamos en entregas anteriores, esa expresi贸n y costumbre de ensombrecerse ha cobrado un car谩cter esencial durante el proceso de cambio, al extremo de constituirse en una norma, que usan algunos altos funcionarios y dirigentes pol铆ticos, sin explicar su significado o simbolismo, apern谩ndose este indumento, que no se lo sacan ni para rezar.
Lo lamentable es que, por un qu铆tame estas pajas, se haya echado a perder una importante visita al Brasil, un pa铆s con el que tenemos un contrato de venta de gas que fenece este a帽o, sin que existan indicios concretos de renovaci贸n, lo que redundar谩 en la p茅rdida de una valiosa fuente de ingresos para el pa铆s y, pol铆ticamente, tampoco estamos en condiciones de vislumbrar una plataforma favorable a nuestras aspiraciones.
Cuando Jair Messias Bolsonaro era s贸lo un diputado federal, con expectativas de una candidatura presidencial, se hizo amigo y f茅rreo defensor del malogrado exsenador Roger Pinto, que hab铆a solicitado refugio pol铆tico despu茅s de haber permanecido asilado por m谩s de un a帽o y medio en la sede de la embajada del Brasil en La Paz. Suponemos que en base a esa relaci贸n surgi贸 la declaraci贸n registrada en el video de una entrevista que sostuvo Bolsonaro con la activista cruce帽a del movimiento 21-F, Mar铆a Anel铆n Su谩rez, el 29 de noviembre de 2017, donde le expres贸 su desacuerdo con la repostulaci贸n del Presidente Evo Morales, enfatizando que no querr铆a que Bolivia se aproxime a Venezuela en estas cuestiones, y mucho menos a Cuba.
Hoy, ya ungido presidente constitucional del Brasil, creemos que tal posici贸n no ha variado un 谩pice y, por el contrario, ya se va sintiendo a nivel continental el efecto Bolsonaro.
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