Proyección de servicio y equilibrio

En estos primeros días del nuevo año, es menester reflexionar sobre aspectos importantes que tienen que ver con la proyección de servicio a través de quienes son responsables de escuchar, atender y trabajar con sentido de equidad para satisfacer las demandas de un enorme colectivo social, siempre ansioso de alcanzar metas en su diario vivir.

En realidad se trata de eso, de trabajar en pos de mejores condiciones de vida, ese es un mandato supremo, una condición humana natural, una opción que la Divina Providencia pone al alcance de hombres y mujeres, deseosos de cumplir las mejores opciones de compartir en sociedad, con armonía, con respeto, en el marco de las normativas que rigen nuestro cotidiano desempeño.

Si ese criterio prevalece más adelante, constituye una grave afrenta a la condición de limitaciones de una mayoría de la población que no le saca réditos a su posición ciudadana y que "estirando" el presupuesto puede cubrir todas las necesidades de un hogar limitado a un racional salario, que sin embargo no tiene bonificaciones extraordinarias y se ajusta a una realidad más humana, pero al mismo tiempo más real y objetiva que se muestra tal como es y no como la dibujan los que hacen usufructo indebido de los recursos del Estado.

Vivimos a nivel general un proceso de "cambio" que está marcado por signos que alteran los valores humanos y cristianos, y que en esa medida priorizan lo estrictamente material y en la proporción que les permite el uso de los recursos públicos que deberían tener un destino social para salvar las dificultades por las que todavía atraviesan importantes sectores de la colectividad, donde la miseria y la extrema pobreza son referentes sociales que los políticos de manera general no los perciben en su justa dimensión.

En el análisis que se hace de las condiciones socio económicas de nuestra región, evidentemente todavía tenemos al país, con cifras interesantes de crecimiento del PIB, entre los países vecinos, situación reconocida por varios organismos internacionales, sin embargo es muy importante que tal referencia no se convierta en una especie de antifaz que dificulta observar claramente la realidad en que se desenvuelve nuestra economía.

Hay que ejecutar un cambio, pero éste debe ser pragmático, dejando de lado las condiciones de ostentación, el gasto indebido que se convierte en derroche y establecer más bien un modelo de austeridad, de privilegio de los servicios directos al bienestar colectivo, lo que la gente espera es poder convertirse en parte de ese modelo de adecuación a una realidad en la que, la pobreza disminuya, que sea efectivo el apoyo al sistema productivo, que los grandes proyectos sean un remedio efectivo a los males del presente y no sólo un paliativo político electoralista.

Corresponde encontrar el sentido de servicio y equilibrio, es decir la búsqueda de bienestar en un proceso de entendimiento por la vía del diálogo, en el cumplimiento de promesas, pero sin anteponer condiciones políticas. Hay que vencer el desaliento con resultados objetivos de atención a las demandas ciudadanas, entendiendo que estas son la prioridad del orden social.

Fuente: LA PATRIA