Domingo 30 de diciembre de 2018

ver hoy

























































¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...
Según datos recogidos de entidades protectoras de los derechos humanos a nivel mundial, en la actualidad al menos una de cada 33 personas en el planeta es emigrante internacional, cifra que al margen de las inhumanas acciones migratorias que se produjeron esta gestión, abren el debate sobre este conflicto social que se agrava día a día.
Históricamente el punto neurálgico de los procesos migratorios de forma voluntaria e involuntaria en América, es Centroamérica y el Caribe, los emigrantes locales e internacionales se mudaron a aglomeraciones urbanas y sus crecientes periferias, de hecho, el continente primero se urbanizó antes que industrializarse.
Este fenómeno y sus consecuencias dramáticas y trágicas en muchos casos, tuvo relevancia este año desde Centro América hacia Estados Unidos de Norteamérica, puntualmente de caravanas de ciudadanos procedentes de Guatemala, Honduras y El Salvador, familias enteras, niños, bebés, jóvenes, ancianos, mujeres, que buscaban mejores oportunidades y calidad de vida
El desempleo, las carencias de servicios básicos, altos índices de natalidad, desastres naturales, son algunas de las razones para que miles de salvadoreños, guatemaltecos y hondureños, crucen primero una frontera, la mexicana, dominada por un terreno agreste y peligroso para luego tratar de ingresar incluso ofrendando la vida al "país de las oportunidades", los Estados Unidos, gobernado por Donald Trump, que sin tomar en cuenta los derechos humanos, mantuvo su postura de "blindar" sus fronteras, a pesar de intentos de mejorar el proceso migratorio, priorizando preceptos de humanidad y desechando por ejemplo el concepto de "indocumentado", ya arcaico en la sociedad en la que vivimos.
Fuente: LA PATRIA