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MODESTIA Y ORGULLO DE DOS ESCRITORES
Posiblemente un aspecto de la vida de estos escritores donde se han fijado poco sus biógrafos es la modestia franciscana que fue su norma de conducta. En este aspecto destaca la figura venerable de don Ricardo Palma por su sencillez y por poseer lo que llamamos carisma que se traduce en una simpatÃa a primera vista, lo que no ocurrÃa con Moreno que tenÃa fama de solitario y torvo, aunque también era modesto, virtud de los sabios y hombres superiores.
Pero esta modestia tenÃa sus lÃmites. Cuántas veces, heridos por los sandios que no comprendÃan sus ideas o, molestos por los escritorzuelos que semejan a los batracios que croan a las estrellas, solÃan reaccionar con orgullo olÃmpico de los dioses, lanzando apóstrofes y apotegmas contra sus gratuitos detractores. En su orgullo, muchas veces solÃan negar al amigo encumbrado por la polÃtica, su amistad o eludir su contacto: tal el caso protagonizado por René-Moreno, amigo Ãntimo del Presidente Montt de Chile a quien rehuÃa incluso de sus cenas Ãntimas obligándolo a visitarlo en su modesta casa de Santiago.
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En una carta dirigida a Palma le refiere un desaire que le habÃa hecho a Marcos Jiménez de la Espada, famoso erudito español especializado en el conocimiento de obras sobre América.
A mà también me escribió de su puño y letra -le dice-, pero no le he contestado, causa de la travesura de no haberme respondido a una finÃsima con envÃo de un libro mÃo y donde le pedÃa noticias suyas a fin de HONRARLE debidamente en mi Biblioteca Peruana por sus publicaciones referentes a la historia colonial del Perú. HabÃale yo conocido aquà en Santiago, sombrÃo y puntilloso, por los años 1865.
Don Ricardo Palma solÃa rugir como fiera herida cuando le tocaban el amor propio. A Vicente Barrantes, famoso académico español y escritor, le esperó esta:
"Vea usted lo que es el amor propio. Exceptuando a Juan Montalvo (americano) ningún prosista español (de hoy se entiende) me inspira admiración" y añade: "tengo la fatuidad (llámela usted asà sin empacho), de creer que entre los prosistas españoles de hoy, ninguno puede pretender haberme servido de modelo"
René-Moreno solÃa tratar con sorna y hasta con menosprecio a los escritores argentinos de la época, de quienes decÃa que no escribÃan en castellano sino en "castellanoide bonaerencse".
Estos caracteres henchidos de orgullo, sin embargo, en una infinita modestia solÃan preferir que se los llame simplemente "bibliotecario mendigo" y "papelista" o "autor solitario de escritos desconocidos".
BIBLIÃ?GRAFOS Y LINGUISTAS
Una actividad donde se encuentra también similitud en los gustos de los dos maestros es la bibliografÃa asà como la lingüÃstica. Hemos observado cómo Ricardo Palma libró verdaderas batallas en su afán de buscar acomodo en el diccionario a centenares de americanismos y neologismos de común uso en el habla de nuestros pueblos.
En este afán, hemos visto cómo le prestó valiosa cooperación "el viejo y querido amigo", de Santiago de Chile. Indudablemente que Palma es más apasionado por el tema, pasión que posee Moreno por la bibliografÃa, disciplina a la que dedica gran parte de su vida. Fruto de esta labor son los tomos de la Biblioteca Boliviana y la Biblioteca Peruana, publicados en Santiago de Chile. Ricardo Palma también cultivó la bibliografÃa. Fruto sazonado de esta actividad es su obra "Biblioteca Nacional. Catálogo de los libros que existen en el Salón América", que dio a publicidad el año 1891.
En puridad de verdad, don Ricardo Palma no tenÃa conocimientos técnicos profundos de la bibliografÃa y su catálogo no es sino un registro prosaico de autores y libros por orden alfabético. Porras Barrenechea informa que muchos de estos libros y folletos que se guardaban en la Biblioteca Nacional llevaban anotaciones y comentarios manuscritos en sus márgenes las mismas que correspondÃan al estilo y letra de Palma. Lamentablemente, esta colección se quemó el año 1943.
Gabriel René-Moreno fue un maestro de la bibliografÃa y la cultivó con delectación, seguramente con la misma delectación con que Palma pergeñada sus Tradiciones. Moreno realizó esta labor bibliográfica alternando con su producción histórica y literaria. Sus apuntes bibliográficos son con frecuencia complementos a su labor histórica. Conocedor profundo de la técnica bibliográfica y heurÃstica creó un estilo propio y brilló a nivel de Grossac, Delisle, Menéndez y Pelayo y Medina.
Un trabajo donde Palma se revela como un erudito es aquel trabajo que incorporó a sus tradiciones y que lleva el tÃtulo de "El Quijote en América" donde, en forma amena y estilo ágil, entrega una historiación completa del famoso libro y su circulación en la América y sus numerosas ediciones. Indudablemente don Ricardo Palma en su labor de la Biblioteca Nacional fue bebiendo un caudal de conocimientos sobre libros que lo convirtieron en erudito, al extremo de hacerle verdaderas revelaciones al propio René-Moreno. Es obvio recalcar su fama de amante de los viejos infolios, cronicones y pergaminos que guardaba con amoroso cuidado en dicha biblioteca.
En esos amarillentos y vetustos libros con sus letras ya borrosas por la acción del tiempo, el maestro encontró las fuentes de inspiración de sus inmortales tradiciones.