Cuando se hace el recuento de una gestión que está a punto de culminar, por supuesto que hay algo que sobresale y de manera inconfundible tiene que ver con lo poco que se ha hecho y lo mucho que se ha dejado en la mayorÃa de casos, ni siquiera planificados, menos ejecutados, lo que significa una abierta defraudación a la expectativa ciudadana, esperanzada en soluciones a los problemas de la calle, del barrio o de la urbanización que crece y confronta dificultades para convertirse en el sitio apto para disfrutar de cierta comodidad y seguridad.
Hay autoridades directamente responsables de cumplir obligaciones con la comunidad para que viva mejor, no otra es la obligación de concejales munÃcipes o asambleÃstas de la Gobernación. Estas autoridades han sido electas para asumir defensa de los intereses comunitarios o lo mismo que hacer respetar sus derechos y facilitar los medios para que pueda gozar de una armoniosa convivencia.
Los problemas de una vecindad, cualquiera sea esta y ubicada allà donde puede hacerse dificultosa la vida ciudadana, por distancia, carencia de servicios básicos, mÃnima atención en el estado de calles, falta de transporte u otras deficiencias, debe ser prioridad en la agenda de los servidores públicos, que pareciera que están a la búsqueda de popularidad, allà donde es más sencillo echar pavimento y esparcirlo, o donde algunos galones de pintura pueden servir para maquillar ciertos muros, mientras en otros barrios, algunas volquetas de ripio serÃan de mayor utilidad para beneficiar el movimiento de centenares de vecinos.
Para las autoridades en funciones es muy importante recordarles que no se trata de "retocar su trabajo", lo principal es que propongan soluciones prácticas a problemas latentes, que si deben tratar temas polÃtico partidarios, dispongan de horarios especiales, porque esos son los asuntos menos importantes para la colectividad, salvo que en la práctica polÃtica la autoridad exprese propuestas, ideas factibles que hagan viable la respuesta a las demandas de la vecindad.
Estamos a finales de otra gestión y en el caso municipal, con alteraciones que han complicado el lento e inseguro trabajo comunal, con un Concejo improductivo y un Ejecutivo de poca efectividad. En el otro frente una Asamblea distraccionista de muy poca coordinación con un Gobernador muy ocupado en su tarea partidaria, mientras quedan algunos proyectos que debidamente coordinados servirÃan a Oruro que espera seguridad para su desarrollo sostenible.
La ciudadanÃa tiene muchas dudas en torno al trabajo de sus autoridades, las que ubicadas en la Gobernación o el Municipio, pierden su tiempo en solucionar problemas partidarios, incumpliendo su deber de servir a la colectividad a la que deben entregar su voluntad, capacidad y solvencia moral, pues de eso se trata, deben justificar su condición de servidores públicos, nada más.
Fuente: LA PATRIA
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