El mensaje navideño de la Iglesia Católica revela mucha preocupación sobre la celebración de esta festividad que se cumple "entre signos que desconciertan y favorecen al pesimismo y la tristeza". Ante esa situación la Iglesia llama a recobrar la esperanza, la alegría y mantener el afán de luchar por una Bolivia justa y fraterna.
Los hechos que se han registrado en el último tiempo son factores que de verdad preocupan a quienes están encargados de cuidar por la paz y el bienestar espiritual de la comunidad, lo que se traduce en la búsqueda de una vida tranquila y sin sobresaltos al amparo de la justicia y el respeto a los derechos humanos.
"Cuidar la esperanza en nuestro país es desterrar actitudes como la violencia, la corrupción, el racismo, la discriminación, la imposición y la falta de respeto que no contribuyen a la Bolivia justa que deseamos con todas nuestras fuerzas", remarca un reciente pronunciamiento de la Iglesia.
El tiempo de Navidad es propicio para desplegar las mejores intenciones, los deseos y los ejemplos de armonía, de paz, de entendimiento, de justicia y de solidario amor por el prójimo, es el tiempo de reavivar la fe en el Hijo de Dios, en Jesús que nace en un humilde pesebre y recibe la visita de los tres Reyes Magos en un acto de reconocimiento a su advenimiento como el enviado del Padre Eterno.
El mensaje difundido por la Conferencia Episcopal con motivo de la Navidad, recuerda que se trata de una fiesta en la que se celebra "la buena noticia de que Dios nace entre nosotros para asumir nuestra condición humana y mostrarnos que su amor es más fuerte que las divisiones y el odio".
El mensaje católico afirma que "nuestra vida, nuestra generosidad, nuestra amistad, nuestras relaciones hagan visible la inmensa ternura de Dios. Qué ?l nos siga bendiciendo con su presencia y haga crecer la alegría de construir juntos un mundo mejor para todos", agrega la versión episcopal.
Lo que no se puede desconocer es que el nacimiento de N.S. Jesucristo ha definido nuevos rumbos para la humanidad resaltando entre estos haber impuesto caminos de paz, amor y unidad entre todos los seres y en todas las naciones del mundo, pues la Navidad en el más amplio de sus sentidos, es la única celebración que en todas las latitudes, hace del amor el sentimiento que sienten y viven "moros y cristianos", que en un día, en una fecha se hacen más sinceros, humanos y hasta son proclives a pregonar la opción más sincera del sentimiento humano que es el diálogo, la comprensión, la intención y el deseo sincero de convivir en armonía, con justicia y equidad, atributos que hacen posible el entendimiento entre el colectivo humano de hombres y mujeres.
La Navidad es entonces, una festividad en que no sólo se recuerda el nacimiento de Jesús, sino que activa un mensaje de amor, de paz, de unidad y de justicia que en su práctica cotidiana son elementos que dan valor a los sentimientos de unidad, de concordia y al encuentro permanente de una sociedad amigable, en un marco de bienestar espiritual y práctico de una convivencia pacífica y equitativa.
Por esas valederas razones, al celebrarse el nacimiento de Jesús la Navidad en sí, es bueno entender que las bendiciones del Hijo de Dios llegarán a todos los hogares, a todas las familias como sustento de amor, de concordia, de paz y de bienestar para todos, en un ámbito de paz y unión que destierren el odio y los rencores. Feliz Navidad para nuestros lectores.
Fuente: LA PATRIA
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