La providencia y Nazaria Ignacia continúan velando por los pobres

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Las enseñanzas de la madre Nazaria Ignacia March, perduran en el tiempo aún cuando ella no se encuentra entre nosotros, puesto que las religiosas de su congregación, permanecen atendiendo a los más necesitados entre huérfanos y personas que necesitan de abrigo y alimentación.

Ante la obra que dejó, la Conferencia Episcopal Boliviana, las Hermanas Misioneras Cruzadas de la Iglesia y el Pueblo de Bolivia, solicitó su beatificación y Juan Pablo II, concedió esta petición. La Madre Nazaria Ignacia, fue beatificada, el 27 de septiembre de 1992 y proclamando su fiesta el 6 de julio de cada año. Actualmente se persiste en la solicitud de su canonización.

En este momento cuatro religiosas continúan cumpliendo lo dispuesto por la fundadora del Instituto de las Misioneras de la Cruzada Pontificia que posteriormente sería conocida como la Congregación de la Hermanas Cruzadas de la Iglesia, quién fundó la congregación en Oruro-Bolivia, en una casa donde se recibía a gente indigente.

Al presente, la comunidad de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, en Oruro, se encuentra presidida por la religiosa Carmen Morales Caballero, quién se acuerda que la comunidad fue fundada el 16 de junio de 1925.

La casa matriz ubicada en la calle Soria Galvarro entre Sucre y Murguía, es la primera a nivel mundial y en esta ciudad es conocida como beaterio.

Allí se atiende cada día a unas 100 personas con alimentos en un comedor popular, cuenta también con un consultorio popular que fue construido gracias a una tele maratón realizada con apoyo de la ciudadanía que además sirvió para que conozcan del trabajo que realizan las religiosas y que también tiene el apoyo de la congregación de España.

El almuerzo y la atención médica tienen un costo mínimo o lo que puede pagar cada persona que allí acude, la atención es realizada por las religiosas María del Carmen Morales, Irene Canelas, Nelly Soria y Juana Medina.

HISTORIA

En la época de la fundación de la congregación, surgieron varios actos bélicos y económicos, entre ellos la Guerra del Chaco, época en la que la madre abrió la puerta de sus casas para acoger a los huérfanos de guerra y a la vez destinó a las religiosas a los campos de batalla para la atención de los caídos y heridos.

Asimismo la Madre Nazaria, en esa época, abrió el hospital de sangre en Potosí, donde las hermanas fueron para atender a los enfermos y asistir a los soldados, abrió internados para los huérfanos de guerra y posteriormente una casa en La Paz, para un noviciado, pero destinada finalmente para albergue de niños, esa infraestructura fue arrebatada por uno de los tantos gobiernos totalitarios de nuestro país.

Continuando con su deseo de ayudar a los necesitados, la Madre Nazaria Ignacia, abrió comedores populares, un acto de humanidad que mantienen las religiosas, quienes atienden a diario con almuerzo a muchas personas necesitadas.

En el trabajo son apoyadas por dos personas para la preparación del almuerzo y miembros de la pastoral juvenil, quienes colaboran en el comedor y atención a los comensales.

La manutención de toda la congregación se realiza con aportes de la población y lo que logran reunir en el bazar que realizan a fin de año, a pesar que tienen durante el año la colaboración de algunas instituciones, quienes aportan con víveres, ropa y recursos económicos para la atención y servicio que brindan a la población necesitada.

Según la hermana Carmen, cuando se preguntaba a la hermana Nazaria con qué recursos mantenía el servicio que brindaban a los pobres, ella respondía; “Con el banco de la Providencia”, frase que también se mantiene, puesto que algunos días, se incrementa el número de comensales y de la olla continúa saliendo el alimento diario para todos.

NAZARIA IGNACIA

El día que Nazaria Ignacia realizó su primera comunión a los 9 años sintió el llamado de Dios, quién a través de una estampita, le dijo “Sígueme” y ella respondió “Te seguiré, Jesús, lo más cerca que pueda una humana criatura”.

Según cuentan las religiosas, en el año 1920, llegó a Oruro, habiendo encontrado la infraestructura donde funcionaba el Beaterio de las Nazarenas, por el que sintió repugnancia interior y deseos de salir pronto, ante la miseria y abandono que observaba, momento en el que sintió que la imagen de Jesús Nazareno le decía: “Nazaria, tú serás fundadora y esta casa tu primer convento”.

Posteriormente el 16 de junio de 1925, se realizó la fundación de la nueva Congregación, con un capital de 40 centavos entregados por la ex-abadesa de las Nazarenas, junto a diez jóvenes bolivianas de distintos lugares de Bolivia que fueron sus primeras compañeras, con ellas se inició las primeras obras misionales en las minas de Uncía entre otras; en el campo: Toledo, Condo, Challapata y Poopó.

Tras muchas obras de caridad y atención a los necesitados, la madre Nazaria, el 12 de febrero de 1927, recibió la noticia que se declaró erigida canónicamente la Congregación religiosa diocesana de las Hermanas Misioneras de la Cruzada Pontificia, “hija primeriza, tierna, legítima de la Iglesia boliviana”, según había manifestado el Obispo, Monseñor Antezana.

Las “pontificias”, atendían en Oruro a niñas abandonadas, visitaban a los presos, catequizaban en las parroquias y en los cuarteles, a la vez preparaban las visitas pastorales en las minas y en los campos.

Según las religiosas, el deseo de Madre Nazaria, era lograr la promoción de las mujeres, a través de la profesionalización y la defensa de sus derechos, habiendo apoyado en la fundación del “Sindicato de obreras” de América Latina. Posteriormente fue fundando otras congregaciones a nivel mundial, ayudando a obreros y desempleados, incluso brindando la misma comida que debía consumir a los necesitados y mendigaba para ellos, organizaba asociaciones, comedores populares”, “ollas del pobre” donde, además del alimento, se buscaba junto con ellos, solución a sus problemas.

Su afán de apoyar a los pobres, la llevó a crear el Hogar de Pobres donde eran acogidos desamparados de avanzada edad, niñas paralíticas, personas dementes y ciegas que eran abandonadas, además de ancianas desamparadas y ciegas, que necesitaban toda clase de ayuda para seguir subsistiendo los cortos días que les quedaban en la tierra.

CONGREGACIÓN

La congregación se encuentra en 17 países; Argentina, Cuba, México, Honduras, Guatemala, Nicaragua, Colombia, Guinea Ecuatorial, Camerún, Portugal, Perú, Brasil, Francia, Italia, Uruguay, España y Bolivia, y en Bolivia se encuentran en 8 departamentos.

Las congregaciones a nivel mundial, oran para lograr la canonización de Nazaria Ignacia que tiene el objetivo de presentar a la beata Nazaria como modelo de conducta ante los creyentes.

Ante la posibilidad, la superiora de la comunidad de las Misioneras Cruzadas de la Iglesia, religiosa Carmen Morales Caballero, manifestó que continúa en trámite el proceso de canonización, puesto que para lograrlo se les solicitó la presentación de milagros más fuertes, como la curación de un enfermo instantáneamente o la resurrección de un muerto.

“Estamos pidiendo al Señor y por la intercesión de la misma beata, que sucedan estos milagros para tener la gracia de su canonización, por lo que continuamos realizando estos trámites aunque necesitamos estos milagros para lograr este propósito”, manifestó.

Fuente: LA PATRIA