El plástico y los animales

Un ave, parecida a una parihuana, pero de colores diferentes, cayó en el patio de un domicilio particular, hace pocos días, se quedó un par de horas, hasta que finalmente agarró confianza y levantó vuelo rumbo a la libertad.

Los dueños de casa no sabían cómo reaccionar, si llamar a Zoonosis, al zoológico, a un veterinario o a quién acudir, se temía por el ave, pues luego de lo que ocurrió con otros animales, no querían ver sufrir a este pájaro, que estaba visiblemente asustado.

En lo que buscaban una respuesta se conjeturaron muchas cosas, entre ellas, ¿cómo fue a dar el ave a ese patio?, ¿dónde estaba su bandada?, ¿se desorientó y cuál fue la razón? Y entre algunas respuestas que hallaron los dueños de casa y algunos amigos fue que las aves suelen desorientarse por los globos de goma que se lanzan al aire, inflados con helio.

Entonces surgió en la conversación lo peligroso que resulta soltar globos o dejar plásticos por doquier.

Todo ese panorama desolador para los animales puede ser evitado si tan solo los humanos hiciéramos un esfuerzo por reducir el uso de los plásticos, de reciclar o reutilizar.

Existe el proyecto de los ladrillos ecológicos, que consiste en llenar botellas pet con desperdicios, mejor si son envolturas plásticas, para construir cosas con ellas reunidas, como mesas, sillones y otros artículos, hasta donde alcance la imaginación.

También se puede reducir el uso de bolsas plásticas, llevando a los comercios bolsas de tela o de papel para hacer las compras, como se hacía antaño.

Se debería separar la basura orgánica, plásticos y vidrios, de manera que se le dé un tratamiento adecuado a cada tipo de desperdicio. Por otra parte, quienes realizan el recojo y posterior tratamiento de esta, también deben conocer bien el uso de los diferentes contenedores, pues no sería productivo que los vecinos separen los desperdicios para que, en este caso los empleados de la Empresa Municipal de Aseo Oruro (EMAO), encargada del recojo de basura, vuelvan a mezclarlos para llevarlos al relleno sanitario de Huajara.

Además, para un futuro próximo se debe pensar ya no en un relleno sanitario o un botadero, sino en una planta de tratamiento de residuos, para que se aproveche lo más que se pueda y se trate de manera adecuada lo que no se pueda rescatar, pero que el lugar no se convierta en otro foco más de contaminación.

Fuente: LA PATRIA