Francia, cuna de la libertad, en un momento crítico
09 dic 2018
Raúl Pino-Ichazo Terrazas (*)
Francia legó al mundo los principios fundamentales para concebir y elaborar las diferentes constituciones que hoy rigen los diferentes ordenamientos jurídicos, hoy se encuentra en un momento crítico de vandalismo y protestas desbocadas que decantan en el desconocimiento, expresado en violencia, del Bien Común para toda la población.
¿Cuál es la causa de estos desbordes demenciales?, la intención del presidente Macron de elevar el combustible para fines loables de mejor distribución de la riqueza, la preservación fundamental del medio ambiente y la protección de la capa de ozono, evitando así la peligrosísima elevación de la temperatura global.
¿Quiénes son los gestores y militantes de esta protesta?, paradójicamente la mayoría de la clase media francesa; clase media poderosa que goza de privilegios y de un nivel de vida satisfactorio. Además de participar activamente en la vida económica, la clase media francesa desconoce que existe un Bien Común, que es el faro obvio de la política y que es siempre fácil de definir y que puede hacerse comprender a cualquier persona mediante un argumento racional.
Este Bien Común debe ser perceptible por todos, no hay, por lo tanto, excusa para no verlo y tampoco explicación para la gente que no lo vea, salvo la ignorancia o el interés antisocial. Además, este bien común implica respuestas concretas a todas las cuestiones de forma que cada hecho social como puede ser una medida de un gobierno que puede parecer ajena a los intereses personales, empero, está cubriendo en toda su extensión el bien común, entonces el lector asume inequívocamente lo que es bueno o malo para la totalidad de la población.
Al tener, por tanto, todos que estar de acuerdo, en principio al menos, existe una Voluntad Común del pueblo que corresponde exactamente al bien o interés, o bienestar, o felicidad común. Lo único que, exceptuando la estupidez y los intereses siniestros, puede generar un desacuerdo y explicar una oposición a una medida es la diferencia de opinión sobre la rapidez con que hay procurar el fin común de bienestar para todos.
Todos los miembros de una sociedad, conscientes del bien común para todos y reparando los largos lapsos de tiempo sufridos por los discriminados, desposeídos y olvidados, discerniendo lo bueno de lo malo, tratan en forma activa, pacífica y responsable, fomentar lo bueno y combatir lo segundo.
Sensiblemente se debe extraer una conclusión, naturalmente guardando las distancias, entre lo que sucede en Francia y lo sucedido en el paro cívico de días pasados en Bolivia, que fue propugnado de forma similar por los más beneficiados, privilegiados y que gozan de un nivel de vida sin traumas y seguridad económica; oponiéndose con estos lamentables desórdenes al gobierno de la mayoría, desestructurando la naturaleza de la democracia.
(*) Abogado, posgrados en Filosofía y Ciencia Política (maest), Alta Gerencia para abogados, Arbitraje y Conciliación, Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa con tesis aprobada
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