Sin ánimos de juzgar las opiniones sobre el tema, debo decir que las premisas anteriores tienen cierto margen de error. Actualmente, muchos paÃses han comenzado a trabajar polÃticas públicas bajo lineamientos de la economÃa de la cultura, considerando como base a las industrias creativas y culturales creadas por los actores sociales de la clase creativa.
Vecinos como Brasil, Argentina, Colombia y Uruguay han fusionado cultura y economÃa para tener una nueva punta de lanza hacia el desarrollo económico, entendiendo que la creatividad es un recurso inagotable, que no solo es capaz de dinamizar operaciones financieras, sino que promueve el desarrollo humano y mejora la calidad de vida.
A su vez, esta área ha permitido que el valor de la producción artÃstica sea realmente reconocido y el trabajo de los creativos sea elevado a entenderse como una actividad productiva y no como un simple hobbie.
Actualmente, los datos no se encuentran colgados en la página oficial del organismo gubernamental encargado de la misión, ni en la del regidor oficial de las estadÃsticas en el paÃs. Tampoco los correos electrónicos oficiales de contacto generan respuesta sobre la información. Las páginas de Facebook de las instituciones vinculadas que parecen ser un medio de comunicación más eficiente, pues constantemente se aprecia interacción con comentarios sobre sus publicaciones, no emiten más que silencio sobre este tema al ser consultadas.
No todos los organismos públicos asociados a temas de economÃa de la cultura se mantienen al margen de responder consultas, existen autoridades que cordialmente atienden los requerimientos sobre información de la ciudad de La Paz contenida en algunos reportes publicados. Algunos funcionarios facilitan textos de acceso libre y generan redes de contactos. Las bases de datos, sin embargo, resultan difÃciles de rastrear al haber sido construidas en coordinación con niveles gubernamentales superiores, en los que se cae en la espiral anteriormente descrita.
Por otro lado, se aplaude la iniciativa de haber levantado datos sobre consumos culturales en 2017, pero el realizar encuestas y procesar información debe recibir un seguimiento cercano. Dicha base, presenta errores en la aplicación de la encuesta, dado que las respuestas no coinciden con las preguntas que figuran en el cuestionario publicado.
Al momento de procesar los datos para construir la base, en algunos casos las preguntas no se han transcrito adecuadamente y se han confundido unas con otras. Un tema que salta a la vista, son las fallas de transcripción al momento de tabular los datos, acompañadas de faltas de ortografÃa que hacen que al agrupar los datos se abran categorÃas duplicadas.
Por ejemplo, en la sección de fiestas patronales se encuentra a la festividad de "Virgen del Carmen", "Birgen del Carmen", "Virjen dell Carmenn" "Fiesta V. Carmen". Detalle importante para quien desea trabajar con estadÃsticas.
La mayorÃa de estudios realizados por organismos internacionales sobre economÃa de la cultura tampoco resultan una fuente de información para el caso boliviano. De hecho, suelen indicar en la sección para Bolivia que "No se cuenta con datos para este paÃs" o "Información no disponible para este paÃs".
Es importante aclarar que, estos documentos utilizan datos levantados por los entes encargados en cada nación. Por lo tanto, si no aparecemos en estos estudios, es porque en el paÃs no se encargaron de hacer algo para que figurásemos.
Estos y otros son los obstáculos que frenan el estudio de la economÃa de la cultura. Se hace poco por obtener datos. Sin datos se hace poco. Como se puede hacer poco, no se avanza. Desalentador panorama para un paÃs con tanto potencial como el nuestro, en el que la clase creativa es activa, curiosa y productiva.
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