Loading...
Invitado


Domingo 02 de diciembre de 2018

Portada Principal
Cultural El Duende

Tristan Corbiere

02 dic 2018

Tristan Corbiere (�douard-Joachim Corbière). Francia, 1845-1875. Falleció de tuberculosis a los 29 años. Su obra no fue conocida hasta que Paul Verlaine lo incluyó en "Los poetas malditos" elevando su trabajo a la luz pública y estableciéndolo como uno de los Maestros del Simbolismo. Su único poemario Les amours jaunes (1873) aparece presidido por el sarcasmo, la crítica irónica y el espíritu de rebeldía no obstante su lirismo denota atracción por el océano, la tierra y la gente de Bretaña.

¿Fotos en alta resolución?, cámbiate a Premium...

Se extinguió de entusiasmo y murió de pereza�

Se extinguió de entusiasmo y murió de pereza;

si vive es por olvido; no ser en una pieza

él mismo y su querida fue su única tristeza.

No nació de ningún modo;

va donde el viento lo deja;

es cual bazofia compleja,

mezcla adúltera de todo.

Hecho de "qué se yo". Un lince

en cuanto a vista. Oro y poco dinero.

Muchos alimentos yÂ? un esguince

si el brío ha de ser duradero.

Un alma inmensa para quien no tiene violón.

Demasiado amor para un mal garañón.

Muchos hombres y� ninguna demostración.

***

Omitimos trozos de los más regocijantes.

***

Sin empaque. Solo engreído

por lo único. Cínico y bobo.

Creyendo a todos, descreído.

Gustó el hastío con arrobo.

***

Alma seca, beoda mollera.

Tan suyo, que a sí mismo era

fuerza el poderse tolerar;

murió mirándose vivir,

y por no saber acabar

vivió dejándose morir.

Aquí yace este corazón,

flor de fracaso y perfección.

¡Vete rápido, aleve peinador de cometas!�

¡Vete rápido, aleve peinador de cometas!

Tus cabellos serán las hierbas en el viento;

de tus ojos abiertos brotarán los fuegos

fatuos, prisioneros de las pobres cabezasÂ?

Las flores de las tumbas que llaman "amoríos"

crecerán abundantes de tu risa de tierra�

y los "no me olvides", flores de calabozoÂ?

no quieras ser pesado: féretros de poetas

Son un simple juego para el sepulturero,

la caja de un violín que suena a hueco�

Te creerán muerto -ah, los tontos burgueses-

¡Vete rápido, aleve peinador de cometas!

Si tú, guitarra mal templada�

Si tú, guitarra mal templada,

kriss indio, bárbaro tres veces,

caja en los suplicios versada,

con mi pobre voz no enalteces

la dulzura de mi martirio,

y tú, cigarro, si a otros yerros

no me llevas, cual faro o cirioÂ?

-¡Maldito este oficio de perros�!

Si la tromba de mi amenaza

pasajera cuando maldigo,

todo lo enturbia o deslavaza,

-La mudez sea conmigoÂ?

Y si es mi alma un encendido

mar que no tiene ola ni brisa,

-Por estar helado y cocidoÂ?

escurro el bulto a toda prisa

Pobre muchacho

Ã?l, que altivo silbaba su tonada en falsete,

se humillaba ante mí: lo veía buscar�

No encontrarÂ? me gustaba percibir la torpeza

de este héroe que no supo descubrir que me amaba.

Sobre su corazón tempestuoso alcé

cabrillas. �l miraba� ¿Eso lo consumía?

¡Qué instrumento tan reacio a dejarse pulsar,

un poeta!� Y pulsé. Yo pulsé y me gustaba.

¿Ha muerto?� Era un muchacho, por lo demás curioso.

¿Tomó excesivamente en serio su papel?

Sin decírmelo� al menos.

-Porque ha muerto, ¿de qué?�

¿Acaso se dejó vaciar de poesía?�

¿Moriría de tisis, de beber o de chic?

O quizás, finalmente: de nada�

o bien de Mí

Para tus amigos: