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Domingo 02 de diciembre de 2018

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Cultural El Duende

Almafuerte: Evangélicas negras

02 dic 2018

"Buena Vista", seudónimo del escritor, periodista y abogado Walter Montenegro Soria (Cochabamba, 1912 - La Paz, 1991)

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� Los héroes debieran morir inmediatamente de producido su acto heroico, a fin de que no caigan en la cobardía de la lamentación y el gemido.

� No hay lágrimas más fastidiosas que las de aquellos que pudiendo ser no lo fueron.

� Una vida gastada, aunque haya sido la más útil, es un andrajo despreciable.

Â? "Lo que sirve no estorba" y lo que estorba debe ser removido.

� El convencimiento del propio desequilibrio es la sola chispa de luz que alumbra en el cerebro de los insanos: todo enajenado sabe que lo está.

� Aquel que se presenta cubierto de lodo en una sala, causa repulsión general, aunque vuelva de realizar los doce trabajos de Hércules juntos.

� En el mundo no se averigua ni la razón de ser de las máculas, ni el origen de los perfumes.

� No hay cosa más espantosa que sobrevivirse.

� No valer ya, es más doloroso que no haber valido nunca.

Â? El que pone manteles de seda en las mesas ajenas, se expone a carecer de pan en la suya propia.

Â? Pedir es una manera de robar.

� De cien que se te presenten lacrimosos, los noventa y nueve se han untado los ojos con alguna sustancia cáustica.

� No todos los traidores se ahorcan; porque, si así fuera, no habría un solo árbol sin un Judas pendiente.

Â? Cuando repartas tu pan entre los pobres, hazlo convencido de que practicas una injusticia: no hay un solo muerto de hambre que sea digno del mendrugo que se le arroja.

� Toda mano está condenada a herir y toda espalda tiene un sitio aparente para el estiletazo.

Â? Nadie que haya hecho algo bueno ha querido hacerla.

� ¡Aquel más criminal y más vil, todavía es más!

Â? El que se hace temer, concluye por hacerse amar.

Â? Nunca quieras conocer los secretos ajenos, si no eres capaz de manejarlos como a un par de riendas.

� Nadie está tan alto, que no esté al alcance de la mano de su enemigo.

Â? No todos los que perdonan, perdonan; porque perdonar no es vengarse.

� A muchas privaciones se suele someter el hombre voluntario, nada más que para conquistar el derecho de que le pronuncien un discurso sobre su cajón, antes de enterrarlo.

� Cualquiera de los que pasan por tu lado en la vía pública o te saludan amablemente en el salón, te arrancaría ferozmente tu salvavidas, en caso de naufragio.

� Son los excesivamente buenos los que ven más claramente la perversidad humana; porque ésta se despoja de toda simulación delante de ellos.

� Pero, como los excesivamente buenos son excesivamente tontos, no son capaces de utilizar de ningún modo semejante descubrimiento, y van como lanzados a que los devoren.

� Cada vez que te conmuevan las lágrimas de alguien, enciérrate en el más profundo agujero de tu casa y aplícate cien bofetadas en pleno rostro, por femenino y miserable.

Â? Ni tus hermanos son tus hermanos.

� A aquel que no tenga nada más que un pedazo de capa para resguardarse del invierno, arráncaselo de los hombros y déjale desnudo.

"Almafuerte" pseudónimo de Pedro Bonifacio Palacios (Argentina, 1854 - 1917).

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