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Domingo 02 de diciembre de 2018

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Revista Dominical

Un ambiente navideño

02 dic 2018

Por: Ximena Miralles Iporre - Directora de LA PATRIA

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Antaño, cuando se acercaba el 25 de diciembre se sentía el llamado "ambiente navideño", con villancicos sonando en las radios, niños que se disfrazaban con unas improvisadas barbas de tela, sombreros, sacos de caballeros y salían a las calles a cantar a la vez que pedían una ayuda para pasar su Navidad quizás con algún juguete comprado con el fruto de su esfuerzo.

Algunos iban a las casas y adoraban a los Niños Jesús en sus pesebres y los dueños de casa a cambio les invitaban un chocolate y un bizcocho o panetón.

Luego el comercio se fue apropiando de las calles y se veían desde nacimientos, adornos, juguetes y una gran variedad de artículos que pudieran ser buenos regalos navideños, mientras se apoderaban de las calles música chillona que provenía de las famosas lucecitas con las que se adornaban los arbolitos de Navidad.

En otros países el ambiente navideño se caracteriza por la música de villancicos en todos los negocios, hoteles, restaurantes donde uno entre, casas y escaparates adornados con motivos de acuerdo a la época, casi todo se pinta de rojo, verde, dorado y plateado, con algunas variaciones.

También están presentes las ofertas de fin de año, sobre todo el mismo día de Navidad, las casas que venden juguetes bajan sus precios a la mitad.

En la actualidad, este ya se siente desde la última semana de diciembre, ya que gracias a las redes sociales comienzan a circular los mensajes de "se acerca la Navidad", las empresas que venden productos por catálogo lanzan atractivas ofertas de temporada y en los medios de información como la televisión, radio y redes sociales aparecen ofertas de todo tipo, sugiriendo a la gente que puede conseguir a precios muy bajos "el mejor regalo" para sus seres amados.

Con los años, el ambiente navideño fue cambiando, pues a una mente brillante se le ocurrió que los pobres niños del campo, quienes no conocían la Navidad como un intercambio de regalos, debían asimilar este concepto, así que se iniciaron las famosas "chocolatadas", donde se entrega a los pequeños menos favorecidos, juguetes, muchas veces nuevos, mientras saborean una taza de chocolate con algún bizcocho.

Es así que en las navidades, comenzó un éxodo de personas desde el área rural hacia las urbes que van en busca de los regalos, producto de las campañas "por la sonrisa de un niño" y las chocolatadas, que se supone les harán felices.

Otra característica del actual ambiente navideño son las ferias, donde se expende la más grande variedad de juguetes, además de otros artículos que puedan servir como regalo. También se venden todo tipo de adornos, para todo gusto, foquitos de colores, ángeles, "noeles", duendes, nacimientos y otros.

Los menores que iban casa por casa adorando al Niñito Jesús han desaparecido, ahora se dedican a hacer fila en los lugares donde se hizo campaña para recibir un juguete que les hará sonreír.

Un día, hablando con una amiga, preguntó sobre si ya estaba preparada para la Navidad, me llamó la atención porque aún no habíamos llegado siquiera a diciembre. No sé exactamente cuál fue su sentir porque estábamos comunicándonos a través de Messenger, pero escribió algo así "aquí la Navidad está ya en las calles", imaginé música de villancicos, adornos coloridos y foquitos de colores titilantes en los escaparates de las tiendas comerciales, así que contesté "qué bueno", pero luego como con un halo de tristeza señaló, "no, es muy triste, las calles se llenarán de campesinos de Potosí, niños pidiendo limosna y vendiendo su miseria".

Luego conversamos algo más de ese tipo de ambiente navideño y analizando la situación, después de aprender de un nutrido grupo de entrenadores o expertos en diferentes temas de "auto" ayuda, haciendo un análisis a esa conversación llegué a las siguientes conclusiones.

Dios nos enfrenta a esas situaciones para que aprendamos algo valioso de ellas, pues existe en el planeta mucha gente con grandes carencias, sobre todo afectivas, por lo que compartir un abrazo, escuchar a las personas que quieran desahogar sus preocupaciones, es una gran oportunidad para brindar lo mejor de nosotros, un poco de nuestro valioso tiempo.

Debemos dar gracias cuando estamos ayudando, porque no estamos en la situación menos favorecida de esa otra persona.

Es una oportunidad para compartir con alguien menos afortunado que nosotros, lo que tenemos, pues en el dar y en el servir podemos hallar una gran satisfacción y seremos bendecidos por hacerlo.

A veces, ver y saber que tenemos tantos bienes materiales o inmateriales nos ayuda a descubrir nuestro propósito de vida y por lo general se da en el poder hacer por otros algo positivo y contribuir a que éste sea un mundo mejor cada día.

Existen personas que quizás con falsa modestia dicen que la Navidad no significa regalar, pero la verdad es que sí tiene ese sentido, pero no es necesario que demos cosas materiales como presente, sino que podemos brindar cosas como un momento de alegría, de escucha activa, de compartir afecto, enseñanzas.

Para tus amigos: