Grooming y sexting, las nuevas amenazas en las redes sociales

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"Juan te envió una solicitud de amistad" fue el mensaje que puso a Sofía y María, dos adolescentes de 14 años de edad de la ciudad de La Paz, a un "click" de un acosador sexual que las sometió y extorsionó durante varios meses a través del Facebook.

En Cochabamba, a principios de julio de este año, al menos tres adolescentes de 12, 13 y 15 años fueron víctimas de una banda de violadores que captaba a sus víctimas estableciendo contacto a través de esa red social. El hecho fue descubierto cuando la menor de 12 años contó a su tía que estaba embarazada de dos meses como consecuencia de la violación.

En Tarija, la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, denunció que una adolescente de 13 años, fue violada y embarazada por un hombre que la contactó por las redes sociales.

Todas, fueron víctimas de grooming, un delito informático cometido por adultos que buscan captar a menores en Internet con el objetivo de satisfacer sus bajos instintos sexuales mediante imágenes eróticas o pornográficas de niños, niñas y adolescentes y, en casos extremos, concertan encuentros que derivan en violaciones sexuales.

De julio a la fecha, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc) atendió 18 denuncias en la ciudad de La Paz.

Esta forma de captación a través de las redes sociales se ha hecho muy habitual desde 2017 y ha obligado a crear una División Policial de Cibercrimen, dijo a ANF el director de la Felcc de La Paz, Coronel Johnny Aguilera, e informó que el patrullaje cibernético permitió identificar una decena de casos de grooming y otros ciberdelitos sexuales como el sexting y la sextorsión, además de ofrecimientos laborales con fines de explotación sexual. También se han registrado hechos vinculados a la pornografía.

El director de la Felcc de Cochabamba, Coronel Jhonny Corrales, aseguró que el grooming está muy extendido en las redes sociales "pero no tenemos idea exacta de su dimensión porque las víctimas no denuncian y los recursos con los que contamos para la investigación cibernética son absolutamente limitados".

En el caso de Cochabamba, esa unidad policial cuenta con una sola computadora y un solo oficial asignado para el patrullaje cibernético. Mientras los depredadores actúan las 24 horas, el patrullaje cibernético se limita a las ocho horas de la jornada laboral del funcionario policial asignado a esa tarea.

El grooming refiere a una serie de conductas y acciones deliberadamente emprendidas por un adulto, a través de Internet, con el objetivo de ganarse la amistad de menores de edad y crear un fuerte vínculo emocional para manipularlos y abusarlos sexualmente, en algunos casos, para introducirlos al mundo de la prostitución infantil o a la producción de material pornográfico.

El adulto que comete el delito es conocido como groomer y suele aprovechar el anonimato que ofrece Internet para inventarse identidades y, de este modo, engañar, chantajear y extorsionar a niños, niñas y adolescentes.

El acoso puede durar semanas o incluso meses, variando el tiempo según el perfil de la víctima, y generalmente se caracteriza por las siguientes fases: "Se ha tomado conocimiento de un individuo que habría estado captando a través de una red social a menores de edad con la finalidad de pedirles que puedan producir material con contenido sexual", detalló la Teniente Gabriela Coca, jefa de la división Trata y Tráfico de Personas de la Felcc. El modo de operar de este ciberdelincuente era el que habitualmente se conoce en estos casos: crean un perfil falso atractivo y llamativo a la vista de las menores, envían la solicitud de amistad, y una vez que son aceptados entablan conversaciones de amistad con las víctimas.

Sofía y María conversaron por el chat durante varios meses con su captador, "él inicia la relación de amistad, gana la confianza de las adolescentes, y las convence de entablar una relación sentimental y es ahí donde les van pidiendo intercambiar imágenes con contenido sexual", indicó Coca.

Ambas adolescentes accedieron a producir sus propias imágenes utilizando sus celulares y enviaron el material a su depredador con quien tenían la expectativa de establecer una relación sentimental. "Es muy común que estas imágenes se compartan en páginas pornográficas", mencionó la oficial.

Cuando las menores se percataron de los riesgos y se negaron a continuar enviando sus comprometedoras fotos, el captador recurrió al chantaje y la extorsión, las amenazó con publicarlas en redes sociales para ponerlas en evidencia ante sus familiares y amigos.

"�l empieza a presionarlas, empieza a amenazarlas, indicándoles que si no envían más imágenes va a publicar las imágenes en sus biografías".

Por temor las víctimas no denuncian oportunamente estos hechos; en algunos casos buscan formas de neutralizar a sus acosadores para impedir que se difundan sus fotografías y otras veces son sus familiares u otros amigos quienes dan la alerta a la policía.

En el caso de Carla y Lorena, cuando la Policía tomó conocimiento del caso, hizo un patrullaje cibernético, revisó las páginas para verificar de dónde provenían los mensajes y se percató que el sujeto había dado un paso más: concertar una cita con las víctimas con el fin de presionarlas para sostener relaciones sexuales.

"Ha sido una situación totalmente flagrante, toda vez que él ha concertado citas con las menores para pedirle más imágenes y videos con contenido sexual y en esa situación de flagrancia es que se ha procedido a su aprehensión", dijo Coca.

La policía logró dar con el ciberdelicuente que fue identificado como Leonardo M. Q. de 24 años de edad y "se logró evidenciar que en su celular tenía las conversaciones, las imágenes que relacionan a estas menores de edad y con el contenido sexual detectado".

Este tipo de delitos no son un fenómeno reciente y se están extendiendo por todo el mundo hace varios años. En 2014, a través de una alianza con diferentes organizaciones de América Latina, Google lanzó la campaña de sensibilización y participación en ciudadanía digital dirigida a adolescentes "Todo a 1 click" con el fin de concientizar sobre la publicación abierta de datos personales hasta las consecuencias del ciberacoso y el engaño pederasta.

La campaña muestra las situaciones diarias en las que niños, niñas y adolescentes toman decisiones sobre el uso de la tecnología: usar computadoras ajenas, compartir contraseñas y publicar datos e imágenes personales de manera abierta y chatear con desconocidos. Asimismo, alerta sobre las consecuencias del ciberacoso.

Según la pedagoga, Elizabeth Machicao, directora de la Casa del Adolescente de La Paz, este tipo de campañas no han sido muy difundidas en Bolivia o han tenido muy poco impacto porque "niños, niñas y adolescentes están altamente expuestos a este tipo de delitos, tienen un vínculo muy temprano con las nuevas tecnologías y actúan en las redes sociales sin ninguna precaución".

Machicao advirtió que el peligro es igual para hombres y mujeres y aseguró que es también habitual que se den casos de sexting, una práctica de intercambio, entre parejas, de fotos y videos con contenido sexual, que son usadas para chantajear, extorsionar o difamar a quien da por finalizada la relación.

La Policía corroboró que cada vez son más frecuentes los casos de varones, jóvenes y adultos, que una vez que aceptaron invitaciones de mujeres desconocidas, muy atractivas, en Facebook, y seducidos al punto de aceptar intercambiar fotografías y videos con contenido sexual, fueron chantajeados y conminados a pagar importantes sumas de dinero a través de transferencias bancarias.

En Santa Cruz ANF conoció el caso de un adolescente que durante dos meses entabló relación por Facebook con quien creía era una joven mujer de 21 años. El adolescente de 16 años relató no lo podía creer cuando una hermosa mujer le envió una solicitud de amistad en Facebook. Después de un mes y medio de ´chateo´ constante accedió a tener una cita. Cuando llegó al lugar que habían quedado encontrarse, sólo apareció el amigo del que tanto le había hablado la chica, y le dijo: "Te está esperando, te llevo a verla". Lo condujo a la habitación de una hostal y lo violó.

El capitán Diter Chambi, responsable de la División de Cibercrimen, refirió que además de casos de grooming son frecuentes las denuncias por sexting, ambos representan aproximadamente 15 % de las denuncias de ciberdelitos sexuales.

Advirtió que, aunque estos delitos van en aumento, todavía hay pocas denuncias debido a que se desconoce el alcance de este tipo de ilícitos, además de que no están tipificados en el ordenamiento legal del país.

Un estudio realizado en Cochabamba por la Fundación Redes en 2016 evidenció que a ocho de cada 10 adolescentes les parece interesante tener contactos con personas desconocidas en las redes sociales, seis admitieron haber concretado encuentros directos con esos contactos.

Miriam Rojas que integró el equipo e investigación advirtió que "no tienen conciencia del peligro" y que a ello se suma la falta de responsabilidad de los padres.

"En el último estudio, hemos constatado que niños de 7 y 8 años están integrándose al mundo de la tecnología con aparatos propios sin ningún límite ni orientación de sus padres", dijo. Según reveló la investigación, la mayor parte de niños, niñas y adolescentes aprende a usar Internet solos o con ayuda de un amigo.

"Tenemos que enseñar a los hijos a gestionar contenidos, confrontar información, verificar lo que vemos", reclamó.

Rojas, psicóloga de profesión, admitió que los problemas que trae la alta exposición a las redes sociales afectan también a los adultos porque "subimos fotos, mandamos nuestra ubicación, guardamos registros y no vemos la dimensión, la trascendencia y las consecuencias de ello". Todo hace ver que niños, niñas, y adolescentes han integrado Internet sin medir los riesgos. Utilizan las redes sociales no sólo para comunicarse, sino también para establecer y mantener relaciones con otros, sus esferas sociales a menudo abarca relaciones por Internet y fuera de Internet sin una clara separación entre ambos espacios.

Están especialmente abiertos a interactuar con extraños sin medir los riesgos que ello implica.

Según la pedagoga Elizabeth Machicao eso ocurre porque "lamentablemente los padres estamos ausentes, no ejercemos autoridad y no afirmamos las relaciones de empatía con nuestros hijos e hijas, la mayor responsabilidad es nuestra". Advirtió que la prohibición no es el camino.

Rojas fue concluyente y aseguró que "no es prudente, no es lo mejor entregar un celular a los niños, no están preparados para manejar un celular" y admitió que padres y maestros tampoco están preparados para orientarlos sobre cómo vincularse a las redes sociales.

Dijo que en sus investigaciones han constatado que a los padres les cuesta poner reglas de uso, y el Internet en lugar de ser un medio de comunicación, es un medio de interferencia de las relaciones familiares y de los procesos de aprendizaje, y un espacio de alto riesgo para niños, niñas y adolescentes. Advirtió que las consecuencias pueden ser irreversibles.

Así ocurrió en la Argentina, que el 2013 se vio forzada a adoptar una ley contra el grooming bajo presión por la muerte de Micaela Ortega, una niña de 12 años que salió de su casa para encontrarse con una amiga con la que sólo había chateado por Facebook. Nunca sospechó que en realidad su "amiga" era Jonathan Luna, un groomer de 26 años que usaba perfiles falsos en la red social para engañar a sus víctimas.

Camuflado como una adolescente de 12 años, la misma edad que Micaela, su acosador la convenció por chat para que se vieran y la invitó a su casa. "Te va ir a buscar mi primo", le escribió. Micaela apareció muerta cinco días después. Su cuerpo, hallado atado de pies y manos en un descampado, mostraba signos de violencia y asfixia por estrangulamiento. "No quería tener relaciones sexuales conmigo", alegó Luna en el juicio que lo condenó a cadena perpetua. A Micaela Ortega la mató el grooming.

En Bolivia la legislación no especifica este tipo de delitos y mientras no se cuente con una normativa que los sancione "lo único que queda es advertir de sus riesgos, la mejor prevención es la información, pues no podemos protegernos de lo que no conocemos", aseguró el director nacional de Trata y Tráfico de Personas, Coronel Mario Medina.

Reconoció que los recursos son limitados y que un problema serio es que los groomers no tienen un perfil definido. "Puede ser cualquiera, de cualquier edad y profesión, y sabemos que prefieren niños, niñas y adolescentes, que usan el perfil de la víctima, sus gustos, tendencias, nombres de amigos y familiares para crear su red y engañarla".

La lucha contra estos delitos apenas comienza en Bolivia. La División de Cibercrimen de reciente creación recién empieza la tarea de realizar perfiles de los groomers y realizar el seguimiento del IP de los depredadores.

Medina admitió que ubicar a los acosadores es una tarea difícil. Los investigadores tropiezan constantemente con barreras informáticas difíciles de sortear. "Los groomers experimentados usan aplicaciones que borran el IP, con lo cual es imposible rastrearlos".

Y mientras tanto en la Deep Web los groomers han creado una subcultura delincuencial, socializan, comparten material y experiencias. Creen que lo que hacen no es ilegal. Los depredadores virtuales no solo usan las redes sociales para seducir a sus víctimas también atacan en juegos en red.

Fuente: La Paz, 1 (ANF)