The Strongest, se enfrentaba a Guabirá de Montero en una frÃa tarde lluviosa de febrero, el año 2009; cuando ambos equipos salen a la cancha, la ovación es enteramente para el Tigre de Achumani que recibÃa en su propia cancha al elenco azucarero.
Mientras los de rojo, tÃmidamente se aproximaban al centro del campo de juego por la rústica pista de polvo de ladrillo, con paso cansino y apoyado en un bastón, avanza erguido y orgulloso Luis Esteban Galarza, acompañado del aplauso y vitoreo de quienes ocupan las graderÃas de la zona preferencial del estadio "Rafael Mendoza Castellón".
Pero esto no era una novedad, Lucho Galarza junto al Tano Fontana, sin lugar a dudas son dos de los más mimados referentes atigrados de aquellos tiempos, lo que me sorprendÃa en realidad, era que, entre los presentes, más del 60% eran jóvenes que nunca lo habÃan visto jugar y aun asà lo aclamaban como al mayor de sus Ãdolos.
Hincha, esa es la palabra con la que querÃa identificar al gran "Mono Galarza" y me dejó en off side, pues no se trataba de un calificativo, sino de un sentimiento, al que no habÃa alcanzado a diferencia de otros hombres que sà se identificaron con la divisa oro y negro y que nunca dudaron en declarar su preferencia por esos colores.
Ramiro "Perro" Vargas, Juan "Gitano" FarÃas, "Lucho" Iriondo, Eliseo "Chancho" Ayaviri, Rolando Arteaga, Jhonny Villarroel o Alejandro Chumacero entre muchos otros, no tuvieron reparo alguno en reconocer su pasión atigrada y declarar que cuando les tocó defender sus colores, lo hicieron con algo más que sólo fútbol.
La mañana del 6 de marzo de 2004, los titulares de la prensa deportiva paceña, abrÃan portada generalizada con el fichaje más importante de los últimos 10 años. En una pulseta sin parangón, la dirigencia de The Strongest se adelantó a la bolivarista y consiguió la firma de Pablo Daniel Escobar Olivetti para las próximas dos gestiones.
Desde que se puso la camiseta a rayas verticales de oro y petróleo, el "pájaro" marcó la diferencia, su amor por la entidad se fue enraizando de a poco e hizo surcos profundos donde el romance entre su fútbol y la fanaticada germinaron los frutos más dulces que puede dar la gloria.
Su primer periodo en The Strongest, tuvo aparte de aquel campeonato de 2004, un episodio supremo. Luego de vencer a BolÃvar en dos clásicos clasificatorios, tocó visitar a la Liga Deportiva Universitaria de Quito y en su propia casa, sobre el gramado del Casablanca, le marcó el segundo de tres goles inolvidables, con el que doblegó al cuadro albo.
Dos veces le tocó migrar, a lucir su talento por canchas brasileras y paraguayas, trajo su clase al Tigre justo para el centenario y nuevamente partió, todo ello preparándose para ser parte de una de las etapas más gloriosas de la historia institucional.
El año 2011 fue de menos a más y con la contratación de la gente adecuada y apostando por la juventud en muchas lÃneas, se asentaron los cimientos del quinquenio más glorioso de nuestra historia.
Un agónico empate con gol de Chumacero frente a La Paz Fútbol Club, puso a la hinchada al lÃmite de lo soportable, pues no toleraba ver el desgano y falta de sangre en un equipo tan bien armado, pero al parecer, con tan poco amor propio.
Pablo Escobar dio la talla, salió a la puerta de un garaje que hervÃa en furia y de frente calmó los airados reclamos prometiendo cambiar esa realidad en los próximos dos clásicos que se avecinaban y que serÃan el punto de quiebre para el próximo tri campeonato.
A partir de ese instante, el "Capitán" se vistió de lÃder, se puso al equipo a cuestas y llevando de su mano a hombres como Daniel Vaca, Alejandro Chumacero, Diego Bejarano, Nelvin SolÃz, Ernesto Cristaldo, Walter Veizaga y Harold Reina entre otros, lograron la triple corona que tanto orgullo otorga a la parcialidad gualdinegra.
Sus arengas, su temple, su orgullo, su dignidad y su eterna forma de llevarse el mundo por delante; han dejado un sello imborrable en la retina de quienes profesamos la religión atigrada y hacemos de hombres como Escobar nuestros emblemas.
Escobar, ha grabado en letras de oro su nombre entre las páginas más gloriosas de la institución y pasará a la historia junto a hombres como Rafael Mendoza o el Chupa Riveros.
Honor y gloria mi capitán� su descanso bien merecido está�
(*) Paceño, stronguista y liberal
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