¿Puede persistir hoy y mañana el fascismo?

Si se espera encontrar un fascismo, ahora, similar al que azotó a los seres humanos en la primera mitad del Siglo XX, se está cometiendo un grave error de percepción y análisis crítico. La historia se puede repetir casi siempre, sin sus condiciones y postulados originales de manera pura, dependiendo de contextos diferentes por la naturaleza humana, a lo sumo reflejarlos de disímiles maneras, pero su condición dialéctica ya no es igual. Ahora ¿es posible que el fascismo, aunque diferente, persista en plena etapa de globalización del siglo XXI? Los hechos parecen confirmar esta situación.

Y ¿por qué tiene que subsistir el fascismo hoy en día, aunque por sus aberraciones no lo merezca? Porque pervive en la mente de las personas y en sus acciones como maldad organizada al extremo, no necesariamente de manera consciente. Simplemente puede aparecer en determinados procesos carentes de lectura crítica o poco difundidos a la gente, o mezclados con la estafa discursiva, encontrándose muy ligado al populismo tan propio de Latinoamérica, de los regímenes de Chávez, Correa y Morales, cuya característica principal fue y es el "mesianismo prebendal", al caudillismo corrupto, no necesariamente por error, sino fundamentalmente por omisión de la aplicación de principios democráticos fundamentales.

Aunque no se quiera creer, un importante elemento suyo no es la brutalidad fatal, que en ciertas circunstancias es extremadamente salvaje. También lo es, pero muy específicamente y no hasta el punto del genocidio. Se apodera de mentes y conciencias de manera astuta, lo que implica "seducir a las masas" con un discurso emborrachador que saca a la luz lo peor de las tendencias enfermizas de las personas, que atentan contra las libertades de pensamiento y expresión, o sea, "si no estás conmigo estás contra mí". Las corporaciones sindicales, llamadas movimientos sociales por unas u otros, en realidad hordas, caen en esta actitud deleznable que no respeta la diversidad de opiniones a título de una coyuntura de poder temporal.

Los principios del fascismo, con sus aberraciones fundamentales, traspasaron las fronteras de historias y revoluciones para concentrarse en la involución parda, hecho humano que consiste, todavía, en lo siguiente:

1. El odio recalcitrante al comunismo, que nació en la idea del "régimen anciano" de Francia y de la caduca persistencia del Imperio absolutista Austro-Húngaro, concentrándose en el Imperio alemán.

2. El afán psicopático de culpar a los hombres y mujeres de izquierda por sus propias ideas grabadas con sangre en las páginas de la historia humana.

3. Generar "huella" en el corporativismo sindical pobre, e irrelevante, en estrategias de transformación, el que se considera a priori depositario de los sentimientos de cambio, los que no son tal.

4. Reproducir las "heces" de la gente ignorante, las turbas de hoy que no están comprometidas, ni siquiera, con lo más puro de cada Patria, hay muchas.

5. Solamente se reitera, en particular en Bolivia, en la idea de la revancha de lo que pasó, torpe e injustamente, reclamando por hechos históricos indefectibles y pasando a la "conquista del otro con la idea del etnofascismo".

6. Se aprovecha del paradigma socialista y lo pervierte al punto que se lo hace "totalitario", negando que es democrático y construyendo las aberraciones actuales.

Finalmente, el fascismo sí puede sobrevivir en sus expresiones históricas nuevas, diferente, pero igual de manipulador de la mente primaria de las turbas.