Miercoles 28 de noviembre de 2018
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Hace exactamente un año, organizaciones campesinas y cocaleras convocaron a sendas movilizaciones para demostrar su apoyo a la repostulación del Presidente Evo Morales como candidato en las próximas elecciones presidenciales de 2019, pese a que la Constitución Política del Estado y el referéndum del 21 de febrero de 2016, se lo impiden tajantemente.
Sin embargo, la Central Obrera Boliviana (COB) se desmarcó de tal convocatoria que, a decir de su máximo dirigente Guido Mitma, era lo peor que podía ocurrir, dado el respeto que esa Central profesa por la Constitución y, actuar en contrario, significaría una clara traición al voto ciudadano y a los valores democráticos.
A esa patriótica cruzada se sumó el dirigente del Transporte pesado, ?scar Michel, que, en un programa radial, anunció que ese sector llegaría, si es necesario, hasta las últimas consecuencias, con el fin de evitar que Evo Morales se repostule nuevamente a la presidencia del país y, a luchar para que el binomio oficialista acepte no volver a postularse, porque el pueblo les dijo NO. Es más, Michel añadió: "No se ha hablado con el Comité lo que pueda suceder después del 8 de diciembre, pero yo aseguro a la población que el sector transporte de brazos cruzados no nos vamos a quedar".
Al parecer, estos bizarros dirigentes no sabían que muchos de sus compañeros ya estaban en conversaciones con el Gobierno y dispuestos a disfrutar de las mieles del poder, pues se sentían cansados de servirse de las migas que caían de la mesa y, simplemente optaron por participar del banquete, y no contentos con un hotel, vehículos, viajes y otras prebendas, decidieron exigir pegas en la administración central como: la Vicepresidencia, cinco ministerios, diputaciones, senatorias, la aduana o cualquier otra, con garra libre, que les garantice un buen pasar.