La psicología es sin duda el ámbito del conocimiento que más ha influido en la educación moderna en todos sus ciclos; así no es posible, si se quiere medir la educación, pasar inadvertidas las valiosas contribuciones realizadas por eminentes psicólogos como Wundt, Pavlov, Thorndike James y otros de similar valor.
Esta influencia y colaboración a mejorar la educación a traves de la psicología ostenta su origen cercano en el año 1879, cuando el profesor Wundt estableció el primer laboratorio de psicología experimental en Alemania. Hubo largos períodos expresados en decenas de años en los cuales estos científicos de la psicología sometieron a pruebas a estudiantes de la universidad de Columbia con sorprendentes resultados, idéntico emprendimiento acometió la universidad de Pennsilvania en el año 1896. En la actualidad, casi todas las universidades disponen de clínicas de este rango y, como la universidad de Chicago, habilitaron departamentos especiales para tests muy elaborados.
Un precursor de la psicología educativa fue J. Mc Keen Cattel, a quién le preocupó sobremanera la medición de las diferencias individuales, pese a ello fue despedido de la universidad de Columbia por su pacifismo; sin embargo, este psicólogo de la educación adiestró a centenares de psicólogos norteamericanos. El psicólogo William James, precitado anteriormente consideraba a la mente, no como una entidad, sino como una función que auxilia en el ajuste ambiental de las personas. El enfoque de James, en sus dos volúmenes Principios de Psicología era eminentemente concreto y práctico.
El psicólogo E.I. Thorndike, en la universidad de Columbia, realizó una contribución muy importante a la psicología de la enseñanza trasuntada en su monumental obra Psicología Educacional. Los tres intelectivos volúmenes tratan los fundamentos de la enseñanza, las leyes de enseñanza y las diferencias individuales, en la medida que influyen en el desarrollo intelectual de las personas.
Entre las secuelas psicológicas de la actualidad se menciona el estructuralismo, el funcionalismo. el behavorismo, el gestaltismo, el psicoanálisis y el purposivismo.
El estructuralismo subraya la introspección que nos legó Sócrates; el funcionalismo ostensiblemente más dinámico que el estructuralismo considera a la mente en términos biológicos y exalta su ajuste al medio ambiental. El behavorismo acentúa los fundamentos mecanicistas de la vida; la introspección se considera como una técnica pre-científica, interesándose sobre todo por las situaciones de estímulo y de respuesta.
Los gestaltistas rechazan los conceptos mecanicistas de los behavoristas y propugnan los aspectos totales y unitarios del comportamiento humano y resaltan a la intuición como el factor central de la enseñanza.
Sigmund Freud que formuló el psicoanálisis destacó las bases sexuales del comportamiento y demostró que la mente consciente es guiada con frecuencia por el ID que representa a nuestras pasiones e instintos. Freud indica que el súper ego refleja las convenciones y la voz de la civilización y está reprimiendo constantemente a las pasiones (ID). Altamente interesante es la significación simbólica de los sueños de Freud. El mismo Freud indicó la tendencia natural en los muchachos de enamorarse de su madre (complejo de Edipo), y en las muchachas enamorarse de su padre (complejo de Electra).
Como se puede inferir de este brevísimo análisis, la psicología sigue influyendo positivamente en la enseñanza y desvela cada vez nuevos aspectos de nuestra inextricable mente.
(*) Abogado, posgrados en Interculturalidad Y Educación Superior, Alta Gerencia para abogados, Filosofía y Ciencia Política (maest), Derecho Aeronáutico, doctor honoris causa con tesis aprobada (IWA-University of Cambridge, USA)
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