Bolivia fue testigo de tres linchamientos

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Con un saldo trágico de tres personas fallecidas, entre las cuales se encontraba un menor de edad y dos que salvaron sus vidas de milagro, fue una semana en la que Bolivia fue testigo de tres linchamientos que ocurrieron en Santa Cruz, Cochabamba y Potosí.

La mal llamada "justicia comunitaria", la falta de raciocinio, la desconfianza en las autoridades policiales, del Ministerio Público y judiciales, el encubrimiento a hechos delictivos, estuvieron por encima del respeto a la vida humana y dejan al "desnudo" una gran preocupación observada por las personas que guían este país en sus diferentes esferas.

El primer linchamiento que se vivió en la semana, ocurrió en la localidad de San Julián el martes 20 de noviembre, donde habitantes de ese lugar decidieron colgar a un súbdito brasileño de 30 a 35 años, quien supuestamente era un sicario que fue a cobrar una deuda pendiente a un civil.

La Policía investiga a los presuntos autores. De inicio el principal sospechoso es la presunta víctima.

POTOSÍ

El segundo caso ocurrió en el Norte de Potosí, en el municipio de Uncía. El martes 20 de noviembre dos jovenzuelos de 19 y 17 años, robaron un surubí en la carretera denominada Diagonal "Jaime Mendoza", instantes previos golpearon al conductor.

La víctima pidió ayuda y cuando los antisociales se llevaban el vehículo a Cochabamba fueron interceptados y llevados a Uncía. La ciudadanía estaba tan enardecida que pidió al Ministerio Público tome su declaración informativa en las afueras del penal de ese municipio.

Aquel actuado se realizó el miércoles 21 de noviembre. Mientras se realizaba esa actividad, los comunarios se "desbordaron en ira" y con piedras lapidaron a los dos infractores hasta segarles la vida.

COCHABAMBA

Finalmente, el jueves 21 de noviembre antes de la medianoche, dos sujetos fueron castigados duramente, después que fueron acusados por una madre de familia, que intentaron robarse a su niño de un año de edad.

El hecho ocurrió en el kilómetro 2 de la avenida Petrolera de la capital cochabambina. La señora llevaba en su espalda cargado al niño, cuando dos sujetos de 20 y 25 años le amenazaron con un cuchillo y le pidieron que entregue al bebé.

La madre con todo el dolor de su corazón entregó a su criatura para que no le hagan nada, cuando escapaban comenzó a gritar, los vecinos lograron agarrarlos, los maniataron y les dieron dura paliza, incluso arrojándoles piedras. Se salvaron de milagro porque la Policía llegó a tiempo para llevárselos aprehendidos.

Fuente: LA PATRIA