Sabemos que el lenguaje cambia por diversos factores: Por la introducción de nuevas palabras instauradas por la necesidad o la moda. Con gran frecuencia ingresan en el flujo léxico palabras o modismo extranjeros. ¿Quién no ha dicho alguna vez O.K.? El lenguaje técnico cambia el sentido de algunas palabras: “bajar” o “subir” un texto en el ordenador o computadora tiene sentidos distintos de cuando escribimos sobre papel. También cambia el lenguaje por el desuso de ciertos vocablos que pasan a la categoría de arcaicos. A nadie se le ocurriría anunciar que después de la boda habrá un sarao. La otra novedad es la profusión de palabras compuestas por un prefijo que aumenta el sentido propio del sustantivo. Recordando el pasado no muy lejano, el MNR introdujo la papeleta electoral multicolor y multisigno. Luego se añadió la multifoto. La nueva Constitución Política del Estado no se conforma con llamar a Bolivia un Estado nacional, sino que lo multiplica con el denominativo de plurinacional. El dinamismo comercial exige supermercados con tendencia al crecimiento y entonces se llaman hipermercados. Quienes creíamos que las salas de cine estaban en crisis nos equivocamos. Ahora tenemos varios multicines (varias salas en un mismo megaedificio).
Hecha esta breve introducción lingüística, lo que me propongo recordar y comentar es que el Estado Plurinacional se proclamó laico, lo cual significa que no profesa ni privilegia ni practica religión alguna, sin querer decir necesariamente que se oponga a alguna de ellas (lo que sí ocurre algunas veces). No hay versiones de laicismo totalmente puras. Como era lógico, al proclamarse la Constitución laica, las autoridades del Estado Plurinacional dejaron de participar en ceremonias religiosas católicas, tal como lo venían haciendo muchos años, debido a la influencia constructiva de la Iglesia en la historia de Bolivia, por el mayor número de ciudadanos que se confiesan católicos y por la intensa colaboración de la Iglesia en programas de desarrollo humano de los más pobres.
Pero la misma lógica laica no se aplica cuando el Gobierno impulsa ostensiblemente un culto supuestamente ancestral, con una buena porción de “invenciones inaceptables”, tal como las califica el historiador y expresidente, Carlos Mesa Gisbert. Sí, ha habido cambio, pero en beneficio de expresiones pseudoreligiosas. Por ejemplo las solemnes ceremonias de las dos tomas del mando presidencial (2006 y 2010) de Don Evo Morales en Tiwanaku. Y la consagración del mismo como “guía espiritual” de las naciones autóctonas de América. Últimamente, se registraron ceremonias cívico - pseudoreligiosas con la asistencia del Presidente del Estado Plurinacional, en las que los malkus y los yatiris oficiaron como sacerdotes del aymarolaicismo, es decir una combinación de expresiones con parecidos espirituales, en un escenario oficialmente laico. La última ceremonia de este tipo fue la “bendición” laico - aymarista del nuevo avión presidencial. Un original sincretismo a la boliviana. Mejor que una guerra santa. Lo cual estimula a los católicos a que, siendo comprensivos y tolerantes con los practicantes sinceros de otras religiones, profundicemos en la fe que Jesucristo nos enseñó y la propaguemos con la palabra y el ejemplo.
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