Jueves 22 de noviembre de 2018
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No han cesado las malas noticias que llegan de Venezuela y Nicaragua.
A la represión en Venezuela y el éxodo de cientos de miles de sus ciudadanos que buscan eludir una terrible crisis en su paÃs, se unen las denuncias de torturas en la cárcel venezolana de Ramo Verde a presos polÃticos que se atrevieron a oponerse a la tiranÃa chavista. Por su parte, el régimen nicaragüense de los Ortega-Murillo, persiste en la represión violenta de las justas protestas ciudadanas. Y lo insólito: el sandinismo atemorizado anuncia que recibirá en su territorio tropas militares de Venezuela, Cuba y Bolivia, en un intento de aunar más a las dictaduras que aún quedan en el continente.
El Grupo de Lima, el foro de análisis y concertación de polÃticas hacia Venezuela que reúne a más de una decena de gobiernos americanos no ha logrado un consenso de los otros miembros de la OEA para sancionar a la dictadura de Maduro y a las demás dictaduras populistas. Tampoco se advierte consenso para actuar en el caso del régimen sandinista, con el propósito de persuadirlo a restaurar la legalidad y los derechos ciudadanos. Ambos dictadores, en los hechos demuestran que no están dispuestos a respetar las libertades democráticas. Igual suerte ha corrido el Secretario General de la OEA en el empeño de que se apliquen al gobierno de Maduro las sanciones previstas por la Carta Democrática Interamericana.