Un discurso doble moral

El conflicto desatado en Roboré, Santa Cruz, por un bloqueo de caminos, intervenido violentamente por la Policía, que se saldó con múltiples desastres, entre ellos, la quema del cuartel policial y uno de sus vehículos, además de detenidos, advertencias y otros, en la defensa de dos reservas naturales, "invadidas" por migrantes del occidente de Bolivia.

Los pobladores de esa localidad cruceña defendían las reservas naturales Tucabaca y el Paquió, que son áreas protegidas, sin embargo, el Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) entregó tierras a los colonos interculturales, que son grupos de cocaleros con otra denominación, denunciándose que aquellos deforestaron 55 hectáreas de bosque.

En foros internacionales relacionados al medio ambiente, ecología y su defensa, el Gobierno lanza su discurso como defensor de la Madre Tierra, apunta con el dedo y acusa a los países industrializados por la contaminación del planeta y la destrucción de humedales, ecosistemas, áreas verdes y otros.

Otro daño, denunciado con anterioridad a través de esta misma columna es a través de la exploración de hidrocarburos en otras tierras consideradas también áreas protegidas, pero desoyen a las personas que pretenden protegerlas, es más, las atacan o intentan sobornarlas para que no reclamen nada.

También existe la pretensión de construir una carretera por el centro mismo del Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis), peleándose a través de la Policía, que reprime a los manifestantes, para imponer su criterio sobre el de la gente que vive de esa reserva natural y que la quiere proteger a toda costa.

Asimismo, están las hidroeléctricas, que se construirán, pese a las advertencias de los expertos en represas, que además han estudiado las consecuencias negativas que tienen para el medio ambiente.

No se tienen planes de disposición de residuos sólidos, de cuidado de los humedales, no se cuidan bosques, selvas y áreas protegidas, primero está la explotación de los recursos naturales y no se dan cuenta que están acabando con la riqueza natural de Bolivia, uno de los países más diversos en ecosistemas y donde se hallan importantes reservas de fauna y flora, de paisajes paradisíacos.

Para el discurso se pintan bonitas intenciones, pero en los hechos se hace otra cosa. Las autoridades en definitiva nos dan un discurso con doble moral, esperemos que tomen conciencia y se interesen más en preservar esos recursos que a la larga serán más valiosos que cualquier hidrocarburo o mineral. Y los ciudadanos de a pie, contribuyamos defendiendo nuestros ecosistemas.

Fuente: LA PATRIA