Pese a múltiples recomendaciones por parte de entendidos ecologistas, también autoridades y dirigentes vecinales, el uso de materiales plásticos es realmente excesivo y fuera de todo control oficial, pues no hay ninguna disposición que reduzca la utilización de este producto que se entrega libremente en todo tipo de negocios, además gratuitamente, salvo las bolsas plásticas de cierto tamaño que irónicamente después de servir para trasladar productos, son las más apropiadas para acumular la basura domiciliaria.
Una serie de información, generalmente internacional muestra el desastre que ocasiona al medio ambiente el uso desaprensivo de las bolsas plásticas y una variedad de envases del mismo material que son de uso cotidiano y son parte de la venta de insumos de limpieza, refrescos, gelatinas y varias golosinas que llegan a manos de niños y jóvenes, despreocupados en el cuidado del depósito de ese material en basureros apropiados.
Si bien el mayor daño del uso de este material se da en ríos, lagos y playas marítimas, es evidente que también son causantes de una serie de problemas que se generan en sistemas de alcantarillas, en buzones o las llamadas cloacas en las calles de las ciudades y también en ambientes al aire libre donde las bolsas se acumulan peligrosamente, generando daños hasta en los centros urbanos públicos como parques y jardines.
En varias ciudades del exterior se han dispuesto medidas radicales para eliminar el uso de envases plásticos, exigiendo el uso de bolsas de materiales degradables a la gente que hace compras en mercados y otros negocios, incluyendo cierto tipo de sanciones a los transgresores, vendedores o compradores, bajo penas de sanciones establecidas en normativas de preservación del medio ambiente.
En nuestro país se han adelantado algunas campañas para disminuir el uso de las bolsas plásticas y está en elaboración un proyecto de ley que prohíba el uso desmedido de ese material, tarea que aún persiste y que deberá presentarse a la Asamblea Legislativa para su tratamiento, su aprobación y aplicación, una labor que además será apoyada con campañas especiales que motiven una reacción de rechazo por parte de la comunidad al uso desmedido del material plástico.
Santa Cruz de la Sierra es la ciudad en que se avanzó con mayor efectividad en la concienciación ciudadana, logrando buenos resultados, especialmente en la respuesta de los supermercados y almacenes de barrios en los que se han eliminado las bolsas plásticas que están siendo reemplazadas por otras de papel o directamente las de tela que utilizan las amas de casa, dando ejemplo de asumir conciencia en la defensa de la salud en general y el respeto al eco sistema.
En todas las ciudades del país hay un excesivo uso de materiales plásticos, pero al mismo tiempo hay también una reacción positiva y colectiva que está rechazando los plásticos y exigiendo volver al uso de otros envases de material de fácil y rápida degradación, lo que no ocurre con los plásticos que demoran más de un siglo en desaparecer, constituyendo todo ese tiempo un latente peligro a la vida de personas, de animales y la naturaleza que también sufre un grave impacto cuando sembradíos y jardines son cubiertos por material plástico.
Se espera que el proyecto de ley que se presente para su estudio y aprobación, tenga soluciones concretas, pues se trata de una defensa del medio ambiente que es salud y vida. La acción ciudadana debe ser parte de una gran campaña para eliminar los plásticos.
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